La FAUBA firmó un convenio con el Ministerio de Ciencia para la construcción de cuatro pabellones
El MINCyT, a través del Programa Federal Construir Ciencia, financiará la nueva edificación del Herbario “Gaspar Xuarez”, el Banco de Germoplasma, y los laboratorios de Química Inorgánica y Analítica, Suelo y Clima. El convenio se firmó en la Facultad y estuvo presente el Ministro Daniel Filmus.
El 2 de noviembre, la Decana de Facultad de Agronomía de la UBA, Adriana Rodríguez y el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, Daniel Filmus, firmaron un convenio para la construcción de cuatro nuevos pabellones en la FAUBA: uno para alojar el Herbario “Gaspar Xuarez” de la cátedra Botánica Sistemática y el Banco de Germoplasma destinado a la conservación de semillas; un pabellón modular para Química Analítica, otro para evaluar agroquímicos en alimentos frescos, y un último edificio para Suelos y Clima.
“Es muy importante que podamos avanzar con este tipo de obras en este momento en el que está muy discutido el papel de la ciencia y de las universidades, y si las universidades tienen que ser públicas y gratuitas. Por eso tenemos que afrontar este debate no solo con ideas, sino mostrando cuál es el trabajo de las universidades y de los organismos del sistema nacional de ciencia para que la sociedad pueda defender la inversión pública en ciencia y tecnología”, expresó Daniel Filmus.
En esta línea, el Ministro de Ciencia señaló que los investigadores de las universidades “tienen ese doble rol de transferir conocimientos a los alumnos y de investigar para ampliar los umbrales de conocimiento y para transferir tecnología para mejorar la condiciones de vida de nuestra gente. Para esta tarea, es necesario mejorar, también, las condiciones de trabajo de nuestras y nuestros investigadores. Para transformar nuestro país, es esencial nuestra producción de materias primas pero también debemos potenciar la producción y exportación de productos con valor agregado y apoyar al sector de la economía del conocimiento que ya es el tercer sector exportador del país con más de 7.700 millones de dólares. Por eso es imprescindible que salgamos de las universidades a contar y explicar lo que hacemos y que la investigación sea patrimonio de la sociedad”.
El acuerdo se firmó en la Facultad y participaron, además, el Subsecretario de Coordinación Institucional del Ministerio, Pablo Nuñez y el Secretario de Ciencia y Técnica de la UBA, Sebastián Civallero.
La Decana Rodríguez señaló: “Tenemos una larga historia como institución, que se remonta a 1904, así que la mayor parte de nuestros edificios también tienen esa edad, y los esfuerzos para mantenerlos no compensan su deterioro por obsolescencia. Han llegado al límite de su vida útil, por ser centenarios, por tener sus cimientos muy deteriorados, situación que genera grietas en paredes y hundimiento de pisos, en ocasiones generando situaciones irreversibles. Más aún cuando estos edificios albergan laboratorios con equipamientos que demandan servicios y normas de seguridad para las que no fueron construidos. Esta incomodidad permanente implica una mala calidad de vida laboral que queremos revertir, y que además puede desalentar la retención de los investigadores jóvenes”.
De esta manera, contó que para la convocatoria “Construir Ciencia” del MINCyT, propusieron la construcción de cuatro pabellones modulares, tres de ellos de 360 m2 y uno de 720 m2, para trasladar y ampliar la superficie de los laboratorios. “Uno de nuestros objetivos estratégicos es motivar y apoyar a nuestros equipos de investigadores que están desarrollando procesos y productos con alto impacto para la comunidad y que puedan ganar escala fácilmente”, añadió.
Y destacó que los productos de las investigaciones que se desarrollan, y se desarrollarán en los nuevos edificios “tienen un impacto social masivo y relevante, abarcando la producción de alimentos, la calidad de los alimentos, la soberanía alimentaria, la detección y remediación de la contaminación de suelos, aire y agua, la economía circular tanto en el ambiente habitado por pobladores urbanos y como periurbanos. Además, la sostenibilidad del proyecto está asegurada dado que todos los equipos cuentan con financiamientos suficientes para el desarrollo de las líneas de trabajo, y resultados concretos como el vínculo con la FFyL y comunidades de Tilcara donde se multiplican los maíces andinos, el germoplasma que muestra resistencia al virus rugoso del tomate, ya contamos con una planta piloto para el tratamiento de aguas y la generación de fertilizantes a partir de las microalgas. El aspecto edilicio era el gran ausente para acompañar a estos equipos en crecimiento”.