Estudios sobre calentamiento global en la FAUBA
Según un trabajo realizado por docentes de nuestra facultad, la consecuente utilización de contaminantes, la deforestación de áreas cubiertas de bosques, la extensión masiva de la población y el inadecuado uso del suelo, hacen que las temperaturas ambientales aumenten considerablemente cada año.
“Se estima que si no disminuimos las fuentes de emanación de gases y energía, dentro de cien años la temperatura global del planeta aumentará 3.6 grados, lo que significa que habrá grandes cambios climáticos y ambientales”, aseguró Gustavo Nízzero, docente de la cátedra de Planificación de Espacios Verdes. El efecto invernadero es un fenómeno atmosférico natural que permite mantener nivelada la temperatura del planeta. La constante emanación de dióxido de carbono está provocando que se intensifique el fenómeno del calentamiento global, generando aumentos de temperaturas ambientales, “el ambiente considerado como todo lo que nos rodea y nos afecta”.
Gustavo Nízzero, junto a Silvia Pérez, Eduardo Sierra y Elsa López, realizaron un trabajo sobre las Islas de Calor Urbano: pequeños sectores, dentro de las grandes ciudades, donde las temperaturas son diferentes a su entorno. La concentración de la población en las áreas urbanas, con el consecuente aumento del consumo de energía, la transformación de la superficie, entre otros procesos, determinan la aparición de Islas de calor urbanas, cuyos efectos se están haciendo sentir, en forma creciente en todo el mundo.
“Las ciudades que están bien planificadas en su distribución de espacios verdes, de lo construido, ventiladas y rodeadas de vegetación, son las que registran menores temperaturas porque se encuentran amortiguados los factores de aumento del calor urbano, sobre todo los de las temperaturas extremas”, expresó Nízzero.
La sociedad debe tomar conciencia y comenzar a utilizar racionalmente la energía y los combustibles. “La extensión y densidad de población fueron los factores de mayor peso en el incremento de la temperatura urbana al determinar una mayor concentración del uso de energía y un mayor grado de modificación de la superficie. Una ciudad sustentable es aquella donde se subsidian con el menor gasto de energía posible los procesos de funcionamiento urbano”, aseguró el docente.
Dentro de las normas vigentes, no existe una ley que regule la planificación de los espacios verdes. Cada vez más se acrecienta la deforestación para la construcción de nuevas ciudades, el reemplazo de la cobertura natural del suelo por materiales artificiales, entre otros factores. “Creo que los planificadores urbanos deben tener otra formación. Ellos son los que podrían llegar a dar la pauta de cómo ordenar territorialmente un sitio para que el uso del suelo sea más adecuado”, afirmó Gustavo Nízzero.