VII Jornada de Extensión, en diez años de UBANEX
En esta oportunidad el eje del debate se centró en la importancia de la continuidad temporal de los proyectos de extensión universitaria.
El viernes 11 de noviembre se llevó a cabo la VII Jornada de Difusión de Actividades de Extensión: “Diez años de Ubanex. La importancia de la continuidad en los proyectos de Extensión Universitaria”, en la Facultad de Agronomía de la UBA.
Estas jornadas, que se realizan una vez por año, tienen por objetivo generar un ámbito para conocer experiencias de extensión, compartir abordajes pedagógicos, resultados, y construir en forma conjunta propuestas para ampliar y profundizar la extensión universitaria. A lo largo del día se desarrollaron rondas de pósters con exposiciones y un taller de análisis titulado: Estado y perspectivas de la extensión universitaria en la FAUBA.
“Hace siete años se realizan las Jornadas de Extensión las cuales se transformaron en un espacio de encuentro y debate de temas que hacen a la extensión. Desde aquella primera jornada “Para conocer y conocernos” se propusieron diferentes temas de análisis, extensión y docencia, los caminos recorridos, la vinculación entre la docencia, investigación y extensión, hasta hoy que debatimos la continuidad en el tiempo de los proyectos de extensión. Este año se cumplen diez años de que la UBA puso la herramienta UBANEX a disposición de los que quieren hacer extensión. La Facultad de Agronomía fue una de las instituciones que más proyectos presentó (62 desde el primer llamado) porque tuvo una muy buena respuesta por parte de los cuerpos docentes y estudiantes”, afirmó el Secretario de Extensión de la FAUBA Ing. Agr. Pablo Rush.
Por otro lado, y manteniendo el eje de la importancia de la continuidad en los proyectos de Extensión Universitaria, Rush comentó que el Consejo Directivo de FAUBA aprobó la conformación de un Programa de Extensión del Área Metropolitana de Buenos Aires. “Ese programa es transversal a varias cátedras de la Facultad: tiene alrededor de 17 docentes y cerca de 30 alumnos. Hay iniciativas que se van afianzando y esperamos que se aprueben varios programas más con el objetivo de seguir consolidando el proceso”.
Siete años de jornadas, siete años de gestión
Una de las propuestas que desarrolló el decano Ing. Agr. Rodolfo Golluscio al inicio de su gestión fue la de darles un espacio más institucional alas actividades de Extensión.
“La formación del agrónomo tiene una componente de extensión rural muy marcada y muchos aspectos de la misma confluyen con la extensión universitaria. Desde el equipo de gestión creemos que las formas organizativas de una actividad pueden condicionar o promover el desarrollo de esa actividad. Hasta el año 2010 la extensión no tenía presencia definida en la estructura de la Facultad, por eso pensamos que darle una presencia organizativa concreta permitiría potenciar el trabajo de muchos estudiantes, docentes y graduados que quieran dedicarse a hacer extensión”, explicó Golluscio.
Además de comenzar a organizar las Jornadas de Extensión, la gestión creó la Subsecretaría de Extensión, que tiempo después se convirtió en Secretaría: “No es casual que eso haya comenzado hace siete años y que hoy estemos festejando los diez años de UBANEX, una iniciativa de la Universidad de Buenos Aires que le dio un espacio formal a la extensión para que aquellos que tuvieran vocación de hacer extensión sientan un reconocimiento institucional”, aseveró el decano.
Y se refirió a los programas de extensión de la Facultad: “La reciente creación de los programas de extensión dentro de FAUBA busca jerarquizar el trabajo de los grupos que hace años que hacen extensión. La incorporación de los antecedentes en extensión dentro del reglamento de concursos de auxiliares es otra manera de manera de reconocerlos formalmente, en vez de dejar librada la actividad de extensión a una cuestión de gustos personales y eso se incorporó al reglamento de concursos de auxiliares, donde la extensión tiene un peso bien definido. Por último, Estla Facultad está utilizando la puerta que deja abierta la Resolución del Consejo Suiperior de la UBA para que, además de sus actividades docentes, un docente semi-exclusiva pueda hacer extensión en lugar de investigación”.
“Hay que curricularizar la extensión”
En la VII Jornada de Extensión la Prof. Lic. Mirta Lischetti de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA brindó una charla sobre modelos de extensión y su historización, la articulación entre docencia, investigación y extensión, y su experiencia en el Centro de Innovación y Desarrollo para la Acción Comunitaria (CIDAC-UBA).
“Pienso que a lo largo de la historia han ido cambiando los objetivos políticos de la extensión. Según el estatuto vigente, la extensión configura la tríada de dimensiones que estructuran la vida universitaria. En nuestro país las universidades públicas las sostiene el Estado y la que nosotros tomamos como política de extensión en nuestra Facultad es sostenida por la relación entre población y universidad pensando que para trabajar en prácticas transformadoras en el nivel de lo local tenemos que hacerlo desde la igualdad política”, contó.
En este sentido, la Lic. Lischetti aseguró que la extensión dentro de la universidad pública es la que cuenta con menos presupuesto para su desarrollo, en comparación con la docencia y la investigación. “Hay que curricularizar la extensión, es decir, deberían existir parámetros para que en los momentos de un concurso docente la persona que acredite este tipo de trabajo tenga las mismas posibilidades que aquel que ocupó su tiempo en investigación. Se conoce como la jerarquización de la extensión que actualmente no existe y para conseguirlo en universidades como la UBA es menester llevar adelante una lucha de poder y también es necesario enseñar a trabajar con poblaciones”.
Además, afirmó que es en la extensión donde se encuentran e interaccionan las diferentes cátedras de una Facultad, pero que es un paradigma que aún está en construcción.“Se trata de espacios en donde se integran las funciones de la universidad, donde la institución juega un papel activo en relación a las problemáticas sociales y en relación al territorio en donde está inserta”.
Finalmente, respecto a la formación de los estudiantes la Profesora Lischetti expresó: “Las prácticas socioeducativas territoriales se constituyen en un dispositivo pedagógico a través del cual se habilita la posibilidad de atravesar un espacio real, un aprender ligado al trabajo y a la transformación social. El conocimiento que se genera en contacto con la realidad tiene la capacidad de interpelar al propio conocimiento. Hay saberes que no sólo están dentro de la academia. Las prácticas tienen especificidad y presentan otras maneras de construir aprendizajes y saberes a través de la indagación”.