Oportunidades comerciales para la Argentina

Jue, 30/06/2011 - 14:10
Por FAUBA

En la FAUBA, se reunieron los cuatro agregados agrícolas que posee nuestro país en China, Brasil, EE.UU. y en la UE, para debatir sobre los desafíos del comercio exterior, en materia de alimentos.

El crecimiento global de la población y la mejora del poder adquisitivo en algunos de los principales mercados internacionales, representa una gran oportunidad de crecimiento para las exportaciones argentinas de agroalimentos. No obstante, también existen limitantes como altos aranceles, subsidios y barreras paralancelarias que obligan a ser creativos en el diseño de las estrategias comerciales.

Para analizar este escenario y las futuras oportunidades comerciales, recientemente se reunieron en la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) los cuatro agregados agrícolas que posee la Argentina en el mundo (en China, Brasil, EE.UU. y en la Unión Europea), facilitadores clave del comercio de nuestros productos agroindustriales en el exterior.

Los cuatro lograron hacer coincidir sus agendas, ya que su profesión los obliga a estar continuamente fuera del país, y participaron de un seminario organizado por la FAUBA y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.

“Hasta ahora nos dedicamos a vender lo que tenemos, como la soja. El desafío es aprender a comercializar”, disparó Lorenzo Basso, secretario de Agricultura de la Nación, al comienzo de la jornada. “La coyuntura internacional, con el aumento de la demanda de alimentos, nos ofrece una oportunidad comercial única, así como la posibilidad de trabajar en nuestra producción de manera sustentable en lo económico, ecológico y social”, agregó Rodolfo Golluscio, decano de la FAUBA.

El primero de los cuatro agregados agrícolas en hablar fue José Molina, representante de la Argentina en Washington: “Como mercado, EE.UU. no tiene el glamour de los BRICs (Brasil, Rusia, India y China), pero sigue siendo el primer importador mundial de alimentos: importa 107.000 millones de dólares anuales. Durante los últimos 10 años, duplicó sus importaciones y se estima que las incrementará 55% para 2020. Nuestro desafío es acompañar ese crecimiento”.

Hoy, EE.UU. es el sexto destino de las exportaciones argentinas. Al tiempo que nuestro país ocupa el puesto 22 entre sus proveedores, en un mercado donde los hispanos son la primera minoría (42 millones de personas) y la población posee un alto poder adquisitivo.

Nuestras ventas a este destino están compuestas por vino, té, jugos de frutas, frutas frescas y procesadas, fundamentalmente. No obstante otros mercados, como el de carne y limones aún esperan luz verde para su reapertura. “Existen barreras fitosanitarias, cuotas, aranceles, altos requisitos de inocuidad y subsidios a los productores que distorsiona los mercados y limitan nuestras exportaciones. La única forma de modificarlo es a través de negociaciones”, dijo Molina.

Con base en Bruselas, Gastón Funes es el consejero agrícola ante la Unión Europea, “un bloque conformado por 27 países que, si bien tiene una legislación conjunta, forma un mosaico con diferentes necesidades, estados de desarrollo, objetivos y políticas. Esta realidad es fundamental a la hora de negociar”, afirmó.

La UE disputa con EE.UU. el lugar como principal importador mundial de agroalimentos, con compras por 100 mil millones de dólares anuales. “Si bien es un mercado maduro para la Argentina, muchas veces en más fácil llegar que mantenerse”, advirtió Funes. “Debemos estar muy atentos a las nuevas normativas y buscar estrategias, porque el consumidor europeo es muy exigente, sobre todo en cuestiones de calidad y de sanidad”, apuntó.

Detrás de Brasil, la Argentina disputa a EE.UU. el segundo puesto entre sus proveedores de alimentos. Colocamos principalmente harina de soja, carne bovina, uvas frescas, vinos y maíz y apunta a aumentar la venta de productos con valor agregado.

Como en el caso de EE.UU., la Unión Europea es un mercado altamente proteccionista, con aranceles en los productos agrícolas, subsidios por más de 60 mil millones de euros y barreras no arancelarias, con fuertes requisitos de trazabilidad. “En promedio, los aranceles generales son de 7%, pero se elevan a 40% en productos agrícolas, con casos de 50 y hasta 500%”, señaló Funes.

En el mismo sentido, Omar Odarda, consejero agrícola en Beijín, lamentó que “China está siguiendo el mismo paso de Unión Europea y EE.UU.”, al referirse al “excesivo reglamentarismo” como uno de los principales desafíos que plantea el gigante asiático.

“China es el primer exportador e importador global de alimentos y nuestro principal mercado. Su gobierno tiene que alimentar a 1300 millones de habitantes, una meta muy difícil porque la población sigue creciendo (también el ingreso per cápita) y consume casi todo lo que produce el país”, dijo Odarda.

Sus importaciones crecen año a año. En 2010, China compró 78 mil millones de dólares en productos alimenticios (30%, porotos de soja). “Gracias a la soja, la Argentina es el tercer proveedor de China, detrás de EE.UU. y Brasil, y delante de la UE”, aseguró.

No obstante, recordó que la dependencia de la oleaginosa puede generar problemas, como sucedió en 2010, cuando cerraron las importaciones de aceite de soja. “Tenemos posibilidades de diversificar nuestra oferta con maíz o carne vacuna, que cayó luego del último golpe de aftosa y permitió que Brasil se convirtiera en el gran jugador del mercado. A través de la carne se puede vender el vino y otros productos de valor agregado”, ejemplificó.

Brasil, el socio estratégico

Brasil es el principal socio económico y político de la Argentina. Sus dimensiones son extraordinarias: posee un territorio tres veces mayor que el nuestro, una población 4 veces más grande y su PBI casi quintuplica al argentino. “En 20 años, Brasil pasó de producir 60 millones a 150 millones de tn de granos, por un aumento de productividad, porque si bien el área aumentó 27%, la producción subió 213%”, detalló Fernando Urbani, consejero agrícola argentino ante Brasil.

Del mismo modo, en la última década sus exportaciones agroindustriales pasaron de 24 mil a 76 mil millones de dólares, impulsadas en mayor medida por carnes, azúcar, alcohol y soja. Según Urbani, este país tiene 90 millones de hectáreas más para ingresar a su sistema productivo.

No obstante, el funcionario explicó que, con 2100 millones de dólares, la balanza comercial agropecuaria es superavitaria para la Argentina. “Las exportaciones argentinas agroalimentarias representan 22% de las importaciones brasileras de ese sector, compuestas principalmente por trigo, malta, cebollas, peras, vinos, arroz y aceitunas”, apuntó.

“No hay que preguntarse qué debemos vender a Brasil, sino cómo. Hasta hoy, exportamos a través de San Pablo y desde allí se distribuyó al país. El desafío es llegar sin intermediarios a mercados no tradicionales, ubicados en el centro-oeste y centro-noreste del país”, dijo.

Urbani aseguró que se realizan reuniones bilaterales para solucionar problemas, sobre aspectos fitosanitarios, por ejemplo, y platear una agenda común frente a los mercados internacionales.

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Facultad de Agronomía - Universidad de Buenos Aires