En FAUBA impulsan la producción agroecológica de flores y hortalizas
Docentes, estudiantes y productores/as trabajan en forma conjunta diagnosticando plagas en los cultivos y evaluando distintas técnicas para su manejo agroecológico. El proyecto forma parte del Programa de Extensión del AMBA y contribuye al desarrollo socioeconómico de productores/as flori-hortícolas, cuidando el ambiente y la salud de trabajadores/as y consumidores/as.
En 2017 la Facultad de Agronomía de la UBA presentó el Programa de Extensión del Área Metropolitana de Buenos Aires, que articula proyectos de extensión desarrollados en el ámbito de inserción territorial de la FAUBA en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Uno de los proyectos integrantes se denomina ‘Manejo Sanitario Sustentable. Producción Agroecológica de Flores y Hortalizas’ y trabaja de forma participativa para identificar problemas fitosanitarios y establecer estrategias para su manejo agroecológico.
“La flori y horticultura son producciones intensivas, con superficies relativamente pequeñas que se consolidaron especialmente alrededor de grandes centros urbanos. Para llevar a cabo la obtención de productos hortícolas en el actual contexto, los sistemas de producción aplicados se centran en la utilización de grandes cantidades de insumos externos (agroquímicos, fertilizantes, combustibles, semillas, etc), transformando los ambientes naturales e implicando grandes riesgos para la salud de los/as trabajadores/as y sus familias, los/as consumidores/as y el ambiente”, contó uno de los directores del proyecto Eduardo Wright.
De esta manera, docentes, alumnos y productores/as trabajan en forma conjunta para diagnosticar plagas de los cultivos y diseñar estrategias de manejo agroecológico. “En forma participativa profundizamos en el conocimiento de problemas fitosanitarios y sus factores condicionantes”, agregó Wright. El objetivo principal del proyecto es favorecer al desarrollo socioeconómico de productores flori-hortícolas, cuidando el ambiente y la salud de productores/as, trabajadores/as y consumidores/as.
Según enumeró Wright, el proyecto que dirige junto a Marta Rivera, está integrado por docentes de seis cátedras de la Facultad y alumnos de distintas carreras de la FAUBA. La mayoría de los/as productores/as beneficiarios/as participan de la Feria del Productor al Consumidor de la FAUBA y del Sistema Participativo de Garantías (SPG). Colaboran además técnicos del SENASA.
“La participación de estudiantes es clave para el desarrollo del proyecto. Se refuerza la formación académica y la práctica profesional ampliando la visión generada en la Universidad acerca del agro nacional. La relación y comunicación entre productores/as, docentes, técnicos/as y alumnos/as busca propiciar un ambiente adecuado para el aprendizaje, la creatividad y la aplicación de conocimientos adquiridos en el trabajo real a campo, poniendo énfasis en el rescate del conocimiento que poseen los/as productores/as, adquirido a través del traspaso cultural generacional”, aseguró.
El proyecto ‘Manejo Sanitario Sustentable. Producción Agroecológica de Flores y Hortalizas’ buscar mejorar la situación productiva y socioeconómica de productores/as. Además, “mejora el medio ambiente en el área, al disminuir la carga de agroquímicos; y la situación de los/as consumidores/as de las hortalizas producidas, al poder consumir productos que se encuentren libres de los peligros que resultan de un mal uso de agroquímicos”, afirmó.
Pero ¿de qué hablamos cuando hablamos de ‘manejo sanitario sustentable’?. Según explicó Wright, se trata de un manejo sobre bases agroecológicas para disminuir el impacto de plagas. Para la FAO, la agroecología permite el desarrollo sustentable de la agricultura, el avance hacia sistemas alimentarios inclusivos y eficientes y promueve el círculo virtuoso entre la producción de alimentos saludables y la protección de los recursos naturales. “Se espera que a través de múltiples actividades se logre mejorar la cantidad y calidad de los productos obtenidos en las quintas, y que ello lleve a una mejora en la situación socioeconómica de los/as productores. Asimismo, se espera reducir el impacto ambiental de las actividades agrícolas en el área, y lograr productos saludables para el consumo”, añadió el especialista.
“La agroecología es una propuesta metodológica de transformación social”
Como parte del Programa de Extensión en el AMBA, el proyecto busca fortalecer el vínculo institucional de la FAUBA con actores de la economía social y popular. “Desde la FAUBA se facilita a los/as estudiantes el contacto con productores/as y el aprendizaje conjunto sobre aspectos fitosanitarios y estrategias agroecológicas de manejo, ampliando de esta forma el perfil del graduado/a. Se busca la cantidad y calidad de los productos cosechados y disminuir los riesgos para la comunidad derivados del uso de plaguicidas”, dijo Eduardo Wright.
En este sentido, afirmó: “La agroecología es una propuesta metodológica de transformación social, que plantea modos de producción, comercialización y consumo que respeten la diversidad biológica y cultural de los ecosistemas, a partir del diálogo entre el campesinado y la academia”.
Y diferenció la agricultura agroecológica, aquella que utiliza recursos y servicios naturales presentes en agroecosistemas “aumentando el equilibrio entre las poblaciones de organismos, respetando el patrimonio sociocultural, favoreciendo el desarrollo local, el rendimiento productivo y el comercio justo”, de la convencional, “orientada a la máxima rentabilidad económica, al alto consumo de agroquímicos y genera una alta dependencia tecnológica y una mayor toxicidad en los productos agropecuarios con el consiguiente peligro para la salud de las personas y animales”.
¿La producción agroecológica de flores y hortalizas es desconocida por la población? Para el especialista, actualmente los/as consumidores/as están cada vez más informados/as y demandantes de productos florales y de huerta libres de residuos de productos de síntesis química, y la legislación acompaña con restricciones a la aplicación en áreas productivas periurbanas.
“Estos proyectos son sumamente importantes para lograr la sinergia entre docencia, extensión e investigación. A través de la interacción con alumnos y productores jerarquizamos la función de la extensión, además incorporamos nuevos contenidos para varios cursos en los que participamos y alimentamos la investigación con temáticas que demanda el sector productivo”, cerró Wright.