Por el derecho y el acceso al agua potable en barrios vulnerables del AMBA
El proyecto de extensión de la Facultad aborda la problemática del acceso y calidad del agua en especial para consumo humano en barrios populares del Área Metropolitana de Buenos Aires. Un trabajo que se realiza de forma conjunta entre docentes y estudiantes de FAUBA.
En la mayoría de los asentamientos periféricos del conurbano bonaerense las aguas subterráneas constituyen la única posibilidad para consumo humano. Estas perforaciones suelen compartir la precariedad de las viviendas y se encuentran cercanas a los pozos ciegos (hay más de 53% de habitantes sin servicio cloacal), una gran fuente de contaminación. Así lo reveló la Dra. Martha Bargiela, directora del proyecto de extensión de la Facultad de Agronomía de la UBA que, hace más de diez años, aborda la problemática del acceso al agua potable en barrios populares del Área Metropolitana de Buenos Aires.
También- agregó Bargiela- se encuentran problemáticas asociadas al uso del agua en poblaciones que utilizan agua superficial, como en el caso de las islas del Delta donde, al no haber red de agua potable ni cloacal, se utiliza el agua de río tomada en las orillas de las islas con tratamientos precarios de variada eficiencia controlados por los pobladores.
De esta manera, docentes y estudiantes de la FAUBA estudian la calidad de las aguas de los distritos bonaerenses y se enfocan principalmente a las del consumo humano. En una entrevista, la directora Martha Bargiela explicó qué resultados obtuvieron recientemente de los análisis y de qué forma contribuyeron para remediar la situación de las aguas. Además, la especialista reflexionó y alertó sobre la importancia de acceder al agua potable.
-¿Quiénes participan del proyecto interdisciplinario?
-La Cátedra de Química Inorgánica y Analítica dirigida por la Dra. Alicia Fabrizio de Iorio trabaja en calidad de aguas desde 1987; lo ha implementado como parte del trabajo de laboratorio de materias en las que está involucrada la Cátedra. Salvo en el caso de Calidad de Aguas y Contaminación que provienen del Riachuelo, el tema se trabaja en laboratorio abierto donde las/os estudiantes traen muestras de su interés. Ese acercamiento al tema originó que estudiantes de la FAUBA junto con la organización civil Ser.Cu.Po, propusieran una experiencia de articulación mediante el Programa Nacional de Voluntariado Universitario en el año 2009. A partir de ahí se realizaron trabajos conjuntos, en barrios de Esteban Echeverría como Santa Isabel, Los Sin Techo y la zona del Delta a través de los correspondientes Centros Comunitarios (Remolines, Gurises, Los Sin Techo 1 y 2, etc.)
Esta experiencia, que forma parte de Programa AMBA ha desembocado en la postulación de una Práctica Social Educativa, habiendo además involucrado a docentes de otras cátedras de la FAUBA para el estudio de problemáticas conexas.
Desde 2012 formo parte del proyecto como directora de las diferentes instancias. Buscamos que las/os estudiantes puedan conocer que existen esas diferentes posibilidades de acceso al agua en los barrios, que puedan relacionarse con las personas con la que se trabaja conjuntamente observando realidades muy distintas. En esa relación de ambos saberes se construye un conocimiento colectivo.
Hasta 2014 también estuvieron involucradas/os docentes de la Facultad de Farmacia y Bioquímica que trabajan junto con nuestra cátedra. Y desde 2019 participan docentes de la Cátedra de Riego y Drenaje.
-¿Cómo fue el trabajo en territorio y qué resultados obtuvieron?
-Se realizaron talleres de formación de voluntarias/os, recorridas en el territorio, talleres comunitarios, muestreos y análisis en laboratorio y la elaboración de cartillas informativas participativas. En el análisis de componentes básicos del agua y los posibles contaminantes, se variaron las determinaciones dependiendo del aprovisionamiento de agua que tenían las comunidades. Por ejemplo, en aguas subsuperficiales se esquematizó un mapa del barrio donde los vecinos ubicaban los valores de mayor contenido microbiológico o de nitratos y lo relacionaban con la cercanía de fuentes probables de contaminación: los pozos ciegos, el frigorífico que tiraba los efluentes antes del barrio, etc.
-¿De qué forma contribuyeron para remediar la situación del agua y del acceso al agua?
-La información resultante contribuyó al informe técnico necesario para lograr la instalación de canillas comunitarias en Centros como Remolines y Gurises. Además, en este momento nos encontramos desarrollando buenas prácticas para la construcción y protección de las perforaciones. En muchos casos se observó la necesidad de mejorar los dispositivos de almacenaje del agua por lo que se estableció capacitación sobre la limpieza de tanques.
También se estudiaron tratamientos de agua sencillos realizados por los vecinos en el caso de los pobladores del Delta, preparando una guía de buenas prácticas derivada de una tesis de grado, imbricando investigación con extensión. El informe técnico realizado tuvo como resultado la instalación de un electrofloculador comunitario.
Con todo esto, la forma de contribuir a una mejora tuvo como resultado que, por un lado, las/os vecinas/os puedan reconocer que el agua es un derecho y, por otro, para que las/os estudiantes se acerquen a una problemática real para poder ayudar volcando sus conocimientos en el territorio. Que las/os vecinas/os se puedan organizar y luchar sobre sus derechos, que reconozcan cuáles son sus derechos.
-¿Las poblaciones con las que trabajan están informadas sobre el agua que beben?
-No todos los barrios están informados de que tan buena calidad es. Se presentan diferentes situaciones en la que, por ejemplo, no les da igual tomar cualquier agua y buscan conseguir de buena calidad por otro lado. En otras situaciones, hay falta de información o no hay organismos o no existen los medios que le aseguren una buena calidad y no les queda otra que consumir lo que hay. Algunas/os tienen conciencia de tener en cuenta la calidad y otro no tanto. Ciertas frases relevadas en diferentes encuentros fueron: “Yo para tomar compro bidón”; “Yo vivo hace diez años y mis hijos no se enfermaron”; “El agua tiene feo gusto”.
Además de la comunicación oral de las problemáticas se plantean encuestas adaptadas al lugar para conocer y compartir lo sabido y percibido por la comunidad sobre el tema. Resultan de importancia las charlas previas con la comunidad realizadas en los talleres para ver cuál es su percepción del agua. Es importante también la forma de comunicar sin alarmar, para evaluar las posibles soluciones.
-¿Por qué es importante acceder al agua potable?
-El agua es un recurso natural escaso y muy importante para la sociedad, es patrimonio de la humanidad como elemento de la naturaleza y como recurso indispensable para las actividades económico-productivas.
El 28 de julio de 2010, a través de la Resolución 64/292, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que un agua potable limpia y el saneamiento son esenciales para la realización de todos los derechos humanos. La Resolución exhorta a los Estados y organizaciones internacionales a proporcionar recursos financieros, a propiciar la capacitación y la transferencia de tecnología para ayudar a los países, en particular a los países en vías de desarrollo, a proporcionar un suministro de agua potable y saneamiento saludable, limpio, accesible y asequible para todos.
El derecho al agua es el derecho de cada uno a disponer de agua suficiente, saludable, aceptable, físicamente accesible y asequible para su uso personal y doméstico. Es de importancia hacer hincapié en el concepto de agua segura, aquella que por su condición y tratamiento no contiene gérmenes ni sustancias tóxicas que puedan afectar la salud de las personas. Este concepto es más abarcativo que el de agua potable, que contempla sólo las aguas tratadas.
-¿Cuál es la relevancia de que existan estos tipos de proyectos de extensión en la Facultad de Agronomía de la UBA?
-A lo largo de los diferentes procesos en cada una de las comunidades las/os alumnas/os se enfrentaron a la complejidad y los desafíos de la interacción. La práctica conlleva una parte en donde es de suma importancia la experticia profesional y debe ser explicada a la comunidad, pero el trabajo no se queda ahí. Se plantean los caminos en función de necesidades y saberes de los habitantes de la comunidad sobre esa base de experticia.
Para la mejora de la experticia necesaria, además de los trabajos realizados pautados en el proyecto, se lograron establecer líneas de investigación donde poder involucrar a las/os estudiantes en la realización de sus trabajos para finalización de las carreras, tanto en el estudio de la calidad como de la mejora de los tratamientos individuales. Esas investigaciones tuvieron devolución a la comunidad.
-¿El involucramiento de nuevas/os profesionales abren otros espacios en la práctica?
-Claro, por ejemplo, en temas de hidrología enriquece el núcleo de la experiencia. El impacto social es claro y las/os alumnas/os lo observan en sus recorridos en el territorio en el momento de las asambleas.
Resulta de importancia salir del aula para conocer otros territorios con distintas situaciones, ayuda a construir nuevos conocimientos juntamente con la sociedad para poder generar mayor igualdad en la misma. El acompañamiento de la Universidad y la interacción resulta importante para potenciar la defensa de los derechos de las/os vecinas/os.
Es necesario la nueva obligatoriedad de las Prácticas Sociales Educativas, que resultan enriquecedoras para la formación de los estudiantes y consolidan la actividad de Extensión dentro de la Universidad.