La UBA nombró Doctora Honoris Causa a Temple Grandin
La profesora estadounidense fue distinguida por sus investigaciones y contribuciones a la ciencia del bienestar animal, y por ser un verdadero ejemplo de superación en su condición de autista.
El 30 de junio, la Universidad de Buenos Aires mediante resolución de Consejo Superior Nº 7950/2013, le otorgó el título de Doctora Honoris Causa a la profesora y especialista en Comportamiento Animal de la Universidad de Colorado (EE.UU), Temple Grandin, por sus investigaciones y contribuciones a la ciencia del bienestar animal y a la psicología, superando su condición de autista.
El acto se realizó en la Facultad de Agronomía de la UBA y fue presidido por el rector de la Universidad de Buenos Aires, Dr. Alberto Edgardo Barbieri, y el decano de la Facultad de Agronomía, Ing. Agr. Rodolfo Golluscio. Además de la presencia de decanos, vicedecanos, consejeros, secretarios, subsecretarios, docentes, no docentes, estudiantes e invitados especiales.
“Es un verdadero honor, y me hace muy feliz ver que haya muchos estudiantes acá con ganas de aprender. Sean entusiastas y buenos observadores si quieren investigar y trabajar en el comportamiento animal”, expresó la Dra. Temple Grandin.
La FAUBA, por iniciativa de la Fundación Facultad de Agronomía, presidida por Jorge Cazenave, impulsó el reconocimiento de la Universidad no sólo porque las contribuciones teóricas y prácticas de la doctora revolucionaron el diseño de las instalaciones del manejo animal, sino también porque su historia es un ejemplo vivo de superación. Grandin apuesta a que el mundo necesita distintos tipos de mentes, y aboga por actitudes flexibles ante las dificultades que puede experimentar una persona autista.
“La distinción que hoy le otorga la UBA trasciende sus méritos evaluados desde la incumbencias específicas de las carreras de Agronomía o Veterinaria: constituye un mensaje de amor, esperanza e inclusión para toda la sociedad. Este título que hoy se le otorga está reservado a personas descollantes de la ciencia y la cultura de nuestro país y el mundo. Recientemente ha sido entregado al ex-presidente uruguayo José “Pepe” Mujica, y al activista político Nelson Mandela. Es difícil pensar en un cambio social sustentable que no se base en el amor al prójimo, la esperanza en una sociedad más justa y la inclusión que no es otra cosa que el respeto a la diversidad”, afirmó Golluscio.
El rector Barbieri le entregó el diploma y la medalla de Doctora Honoris Causa a la Prof. Grandin, y aseguró: “Para alcanzar esta distinción no sólo tiene que cumplirse con una sobresaliente tarea académica o científica sino que se deben reunir las condiciones humanas y éticas que hacen a la responsabilidad social, a los derechos humanos y la democracia. En ese sentido, Temple Grandin claramente es una persona que con el apoyo y el amor de su familia y gracias a su inteligencia y su corazón, pudo desarrollar metas y convertirse en una docente e investigadora respetada y reconocida en todo el mundo”.
“Vos sos diferente pero no sos menos”
Temple Grandin es licenciada en Psicología, estudió Ciencia Animal en la Universidad de Arizona y obtuvo un doctorado en la Universidad de Illinois. Es una autoridad mundialmente reconocida en la ciencia del bienestar animal y gran comunicadora de temas relacionados al autismo.
El decano de Agronomía, Rodolfo Golluscio, homenajeó a Temple Grandin y, en sus palabras, remarcó el amor y la determinación de su madre que no se dio por vencida, siempre confió en ella y le inculcó confianza en sí misma bajo el lema: Vos sos diferente pero no sos menos.
“La sedujo la ciencia por su lenguaje lineal e inequívoco tal como detectó a los 15 años un profesor de ciencia al ver su fascinación por una rampa de sujeción de ganado. Entiende sorprendentemente bien a los animales, ya que su estructura y funcionamiento mental levemente diferente le permite percibir la realidad de una manera distinta al común de nosotros y en cierta forma ponerse en el lugar de los animales”, dijo el decano.
También destacó que su contribución, cristalizada en numerosos libros y artículos científicos, había desacreditado el antiguo prejuicio de que los animales no tenían sentimientos sino solamente reflejos condicionados. Esa afirmación arcaica había justificado las peores crueldades en los sistemas de producción y comercialización de animales.
“Los últimos avances en la neurociencia han llegado a la conclusión de que los animales, especialmente los mamíferos, están equipados con un hardware cerebral que permite que sean capaces de experimentar las mismas y emociones básicas que los humanos”.
Y para cerrar leyó un fragmento del libro “Un antropólogo en Marte” del escritor Oliver Sacks, atribuido a Temple Grandin: "Me gusta pensar que aunque no haya vida después de la muerte, en el universo queda cierta huella energética. Casi todo el mundo transmite sus genes, yo puedo transmitir mis pensamientos o lo que escribo, eso es algo que me preocupa mucho, dijo casi llorando. He leído que la inmortalidad reside en las bibliotecas, no quiero que mis pensamientos mueran conmigo, quiero haber hecho algo (…) dejar algo a la posteridad, quiero realizar una contribución positiva, saber que mi vida ha tenido un sentido”.
“Dra. Grandin, puede usted estar tranquila. Su trabajo, sus ideas, su percepción de lo que nosotros no podemos imaginar ha ayudado a cambiar definitivamente la relación entre los hombres y los animales, y también la vida de las personas. Su historia es un ejemplo de cómo el amor puede permitir que personas con capacidades diferentes desarrollen su potencial y obtengan logros como los que usted alcanzó”, finalizó.