En la FAUBA se analizó la crisis agropecuaria: Entender el presente para apostar al futuro

Mar, 15/04/2008 - 09:28
Por FAUBA

Representantes de las cuatro entidades del agro, de la Facultad de Agronomía de la FAUBA, y del periodismo, expusieron su visión de la actualidad del sector agropecuario. El objetivo fue compartir un espacio para reflexionar sobre el tema y descubrir el papel que juega cada uno para buscar el cambio

El 9 de abril se realizó en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) una charla-debate titulada "Reflexionando, presente y futuro del sector", con el objetivo de brindar una visión técnica de la actualidad, a la luz de las últimas medidas económicas anunciadas por el gobierno nacional. Por iniciativa del Consejo Directivo de la FAUBA, y del decano de la FAUBA Ing. Agr. Lorenzo Basso se reunieron representantes de un gran espectro de la actividad agropecuaria y agroindustrial, docentes y periodistas vinculados con la temática. La reunión fue coordinada por la directora del Posgrado de Negociación y Cambio, Dra. Sara Horowitz, Más de 300 asistentes, entre profesores, alumnos e invitados especiales, pudieron compartir la visión que, acerca de la actualidad del sector, tienen el Lic. Ernesto Ambrosetti, Jefe del Instituto de Estudios Económicos de la SRA, el Ing. Agr. Néstor Roulet, vicepresidente primero de CRA, el Lic. Daniel Asseff, asesor económico de CONINAGRO, y el Dr. Guillermo Giannasi, director de la filial Lincoln de la FAA. También participaron del encuentro que se realizó en el salón de actos de la facultad, el Ing. Agr. Fernando Canosa, referente en el tema cárnico e integrante de la Comisión Académica de la Escuela para Graduados "Alberto Soriano" de la FAUBA, el Ing Agr. Sebastián Senesi, subdirector del Programa de Agronegocios y Alimentos de la FAUBA y los periodistas, Ing. Agr. Héctor Huergo, editor del Suplemento Rural, diario Clarín y el Ing. Agr. Félix Sammartino, gerente general de Expoagro y diario La Nación. El debate fue encabezado por el Dr. Guillermo Giannasi (FAA-Lincoln), el Ing. Agr. Néstor Roulet (CRA), Ing. Agr. Lorenzo Basso (FAUBA), Lic. Daniel Asseff (CONINAGRO) y el Lic. Ernesto Ambrosetti (SRA) Tras dar la bienvenida a los presentes, el Ing. Agr. Lorenzo Basso, destacó la importancia de "marcar una posición de la facultad desde el punto de vista técnico respecto de la situación que vive el sector agropecuario y agroindustrial". Agregó que la FAUBA "es una institución de Investigación, Docencia y Extensión", y que como tal, debe emitir opinión "desde una visión académica, mirando al mercado, a la tecnología y a la sociedad". Basso, mencionó el aporte de la FAUBA "al crecimiento tecnológico del sector, a través de la capacitación de grado y posgrado, así como los convenios de vinculación tecnológica que tiene la facultad, al tiempo que destacó el éxito de la convocatoria al encuentro, que surgió de una resolución del Consejo Directivo, a raíz de una propuesta del centro de estudiantes, preocupado por la actual situación del sector. El primero de los oradores, el Lic. Ernesto Ambrosetti, Jefe del Instituto de Estudios Económicos de la SRA, opinó que "el nuevo esquema de retenciones móviles, es agresivo y confiscatorio por el nivel de presión impositiva que impone, a medida que aumentan los precios de exportación". Ambrosetti, ejemplificó que la soja, con la nueva normativa, "estaría en el orden del 44 por ciento del derecho de exportación. Es decir, que el productor agropecuario cobraría 1,76 pesos por cada dólar que produce". Aclaró que el dólar a 3,17 pesos, es el dólar que maneja la ciudadanía, porque "cuando un productor agropecuario sojero va a vender 1 dólar, recibe 1,76 pesos, y cuando va a comprar un insumo necesita 3,17 pesos por dólar". De esta manera, se pierde poder adquisitivo para adquirir tecnología, "que nos ha permitido en los últimos años, ser competitivos y mejorar nuestra participación en el mercado mundial. Cuanto más altas son las retenciones, menos es el valor de peso por dólar que recibe el productor agropecuario". El aumento del precio de los insumos estratégicos (gasoil, semillas, glifosato, agroquímicos) también afectó al sector. A raíz de la intervención del gobierno, muchos productos comenzaron a escasear, y con la aplicación de precios máximos, se desincentivó la inversión. Esto deriva en la caída del paquete tecnológico, que llevará en el futuro, a una menor competitividad. "Con este planteo -remarcó- ganan nuestros competidores". Por su parte, el Lic. Daniel Asseff, asesor económico de CONINAGRO, informó que cuando las entidades se reunieron con el gobierno, explicaron cómo afectan a la actividad algunas medidas: "con los precios máximos (aplicados a lo que el productor vende pero no a lo que compra) la rentabilidad baja y provoca una venta rápida de la mercadería o la disminución del paquete tecnológico; los canjes afectan al pequeño y mediano productor; y el mercado a término es un parche que no soluciona los problemas de fondo". "Nosotros no planteamos que no queremos pagar retenciones -aclaró- y estamos en condiciones de brindar caminos de solución a problemas instalados en distintos ámbitos, como el precio del trigo, el de las carnes, la lechería y las economías regionales". Finalmente instó a "no dejarnos llevar por la idea que quiere instalar el gobierno, de hacer creer a la gente que sólo pretendemos defender el tema de la soja. Tenemos muy en claro -agregó- que hay puntos más importantes, como las retenciones móviles". A su turno, el Dr. Guillermo Giannasi, director de la filial Lincoln de la FAA, recordó que el proyecto de ley presentado en el Congreso de la Nación para modificar la ley de arrendamientos, busca "terminar con el proceso de concentración y de expulsión de los pequeños productores" y que reclamaron a las autoridades "una agricultura para agricultores y no para unos pocos que se apropian de las ventas, dejando sin vida a numerosos pueblos del interior". Aseveró que "la situación planteada por el conflicto, complicó enormemente al gobierno". Aseguró que el 2 de mayo, los productores van a estar con mucha más fortaleza, la crisis se va a revertir, y la Argentina tendrá un sector agropecuario fuerte, pujante y equilibrado". En tanto, el Ing. Agr. Néstor Roulet, vicepresidente primero de CRA, afirmó que "las retenciones son un impuesto distorsivo" porque no tienen en cuenta las particularidades de cada explotación, al tiempo que propuso "cambiar el sistema tributario". En ese sentido, reclamó "una democracia dentro de los parámetros del federalismo. Con este impuesto, la administración central, hace que todo vaya a la nación y a destruir a las provincias. El interior -aseveró- con estas medidas se está postergando". Tan rico fue el encuentro, que contó también con la participación de dos referentes del periodismo agropecuario, pertenecientes a los dos diarios de mayor tirada de la Argentina, quienes además son ex alumnos de la FAUBA: el Ing. Agr. Héctor Huergo, editor del Suplemento Rural, del diario Clarín y el Ing. Agr. Félix Sammartino, gerente general de Expoagro y del diario La Nación. Héctor Huergo, opinó que desde hace dos años, los periodistas escriben acerca de otro escenario en el cual el mundo empieza a demandar los productos argentinos. Estimó que hay "dos grandes drivers que surgieron en la última época: la transición dietética (por la demanda de proteínas) y el cambio climático y la energía renovable". Entre otras cosas, planteó "una fórmula de transacción, que incluye abastecer la demanda emergente en el mercado internacional y atender las necesidades internas". Al respecto, precisó que "con el 10 por ciento de los granos se abastece la totalidad del mercado interno". Abogó por una "justicia tributaria, coparticipación federal, y la no discriminación sectorial, es decir, que se ubique al agro junto con los otros sectores de la economía". En tanto, Félix Sammartino, ofreció una visión centrada en la crisis, en "los famosos 20 días". Afirmó que la Argentina es un país impredecible, donde los acontecimientos toman una dinámica particular. Además, "si la Argentina integra ese puñado de países que tienen la suerte de poder producir los alimentos que el mundo demanda -se preguntó- ¿cómo es posible que con una situación privilegiada, estemos hablando de un futuro de 20 días y no de 5 ó 20 años?". "Un país que se da el lujo de hacer un ensayo fiscal en una habitación de cuatro por cuatro sin consultar -dijo- se nos puede ir de las manos". Sin embargo, afirmó que "de esta crisis surge un sector muy distinto del que teníamos antes. Todos nos hemos sorprendido del fenómeno que ha producido. Aparece una representación federal en el campo y una fuerza eleccionaria". "El pronóstico es reservado -dijo- pero como juega hoy en primera y tiene responsabilidad en este momento crítico del país, esa esperanza que abre la sociedad en el campo no se debe defraudar. El sector, debe utilizar todos los resortes que la república le otorga, o sea que debe involucrar en el problema al poder judicial y al legislativo". Concluyó señalando que, "como toda crisis, trae una oportunidad. La posibilidad de hacer un cambio de modelo hacia un país que no solamente se proclame más serio, sino también que lo sea". El Ing. Agr. Fernando Canosa dijo que "a través de los años cayó la relación entre la cantidad de hacienda que tenemos y la cantidad de bocas que hay en el país". Agregó que "el aumento de la superficie agrícola registrado es bueno desde el punto de vista macro, pero trajo aparejado un importante aumento de la producción de carne. Esto -señaló- es importante aclararlo porque se dice que la producción de carne argentina ha bajado. Por el contrario, del año 2001 al 2005, que es cuando viene el cierre de las exportaciones, la producción aumentó un 27 por ciento. En ese momento, no estábamos pensando en el precio de la carne sino en inundar de carne argentina el mundo". "Con el aumento de la superficie agrícola cayó la superficie ganadera en las zonas de mayor productividad, donde se estaban engordando novillos. Concretamente, de esas 6 millones de hectáreas que pasaron a superficie agrícola de la zona núcleo de invernada, había engordándose el equivalente a 8 millones 600 mil novillos. Si el stock no disminuyó sino que aumentó, si incrementamos la producción, esos 8 millones 600 mil novillos engordaron gracias a los fertilizantes, la genética forrajera, la interacción con el grano y un montón de tecnologías que fueron partícipes del alto crecimiento de la productividad que tuvo la actividad ganadera de los últimos años. Además, si incorporamos más aporte tecnológico podríamos aumentar la producción en un 50 por ciento". "Es necesario instalar en la sociedad la importancia de la cadena de la carne, ya que aporta al país mano de obra, recursos tributarios, divisas. Hay que salir de las políticas contestatarias y generar grupos de trabajo para echar luz a la situación. El ganadero no necesita ni de subsidios ni de compensaciones, sino tener un horizonte de previsibilidad y una modernización de la comercialización que valorice la exportación". Finalmente, el Ing Agr. Sebastián Senesi afirmó que "todos queremos una Argentina rica y competitiva que genere riquezas para todos. Ese es el desafío que tenemos por delante". Dijo que "para lograr ese objetivo, tienen que interactuar tres ambientes: el institucional, el organizacional y el tecnológico. Como en un equipo de fútbol todos aportan algo para el resultado final, en un país, el buen funcionamiento de las leyes, la política fiscal, la organización institucional y empresaria y la oferta tecnológica, hacen al resultado de esa Argentina más o menos competitiva". Luego de agradecer la presencia de los disertantes y del público, el decano de la FAUBA, Ing Arg. Lorenzo Basso, adelantó que la Facultad organizará otras charlas-debate (la próxima en el mes de mayo junto con la Facultad de Ciencias Económicas) convocando a disertantes vinculados con la cuestión fiscal agropecuaria y agroindustrial, que puedan aportar distintos puntos de vista.

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Facultad de Agronomía - Universidad de Buenos Aires