Nutrición y alimentación de gusanos de seda
La sericicultura es la actividad de producción de seda agroindustrial de un eminente potencial en la economía rural. El manejo nutricional y de la alimentación de los gusanos tiene una profunda influencia sobre la producción y la calidad de la seda.
La seda es un monofilamento (fibra) de proteína producida por las glándulas salivales del gusano de seda (Bombix mori Linne), consistente en un 75% de una proteína elástica (fibroina) y un 25% de una proteína gelatinosa, la sericina. La fibroina forma la capa interna y la sericina la cobertura externa del hilo. Un solo gusano es capaz de producir un hilo de seda continuo de 650 a 2000 m de longitud. Investigaciones recientes aseveran que la sericicultura puede ser una actividad de alta rentabilidad, pero para lograrla hay que prestar especial atención a la alimentación y nutrición de las orugas.
Los docentes Carlos Vieites y José Danelón, docentes del Departamento de Producción Animal de la Facultad de Agronomía de la UBA, señalan que "la sericicultura detuvo su desarrollo en el país hace unos 50 años. Permaneció como actividad gracias a la acción de la Facultad de Agronomía y Zootecnia de Tucumán y por la persistencia de algunos productores. Actualmente, se iniciaron en las universidades jornadas que agrupan a personas interesadas en reiniciar el desarrollo".
La pequeña larva del gusano de seda nace de un minúsculo huevo negro. Come hojas de mora en forma constante durante 4 a 6 semanas hasta que alcanza unos 6 a 7 centímetros de largo. Durante esta etapa la oruga muda su piel varias veces, hasta que finalmente empupa, envolviéndose en un capullo de fino hilo de seda blanca, en un proceso que dura tres o más días. En unas tres semanas emerge la mariposa (polilla) del adulto. Esta polilla blanca no puede volar; se reproduce y muere en aproximadamente cinco días. Las hembras deponen unos 200 a 500 huevos amarillos limón que eventualmente se tornan negros.
Todo el ciclo de alimentación y crecimiento del gusano insume unas 4-5 semanas, durante el cual la longitud del cuerpo aumenta a partir de 1 mm hasta 70-80 mm. Las larvas comen continuamente y su alimento debe ser renovado con frecuencia durante el día y la noche. No pueden alimentarse sin la ayuda del hombre y consumen el doble de hojas cada día, excepto durante el período de dormición.
El cultivo sistemático de la mora es el primer paso en la producción de seda, ya que el insecto Bombyx mori es un lepidóptero monófago cuya alimentación se basa en las hojas de esta planta. La morera pertenece a la familia Moraceae (Clase Dicotiledóneas; Subclase Urticales) y existen varias especies: Morus alba, M. indica, M. nigra, M. laevigata, M. bombycis, y otras, que han sido usadas en forma directa o a través de cruzamientos o mutaciones inducidas para el desarrollo de variedades en apoyo a la producción de gusano de seda. En Argentina, sólo se comprobó la existencia de las dos primeras.
Existe una gran variación en la producción y calidad de hojas entre las especies y variedades de moreras cultivadas en diferentes localidades y bajo condiciones diversas de suelo y medio ambiente, lo que demuestra el potencial existente para identificar el germoplasma más apropiado. La mora blanca es la especie más comúnmente utilizada en China y en Europa y es la que produce la seda más fina (grado A), mientras que la negra es la más común en Inglaterra.
Características:
- Clase: Insecto
- Orden: Lepidoptera (mariposas diurnas y polillas noctuidas)
- Suborden: Ditrysia
- Superfamilia: Bombycoidea
- Familia: Bombycidae
- Género: Bombyx
- Especie: mori
Las orugas se deben alimentar con hojas preferentemente de su mismo grado de madurez. Es decir, las hojas más jóvenes y tiernas para los gusanos más jóvenes y las hojas más viejas para los gusanos más adultos. Las hojas nunca deben estar calientes ni húmedas. Debido a que la época de colección de hojas coincide con las épocas más soleadas y cálidas del año, luego de cortadas de la planta se las debe dejar enfriar y eventualmente secar, por al menos dos horas después de la cosecha.
El contenido promedio de proteína cruda de las hojas de mora es de 184.3 g/kg, variando entre 150 y 280 g/kg dependiendo de la variedad, edad de la hoja y las condiciones de crecimiento. En general, los valores de proteína cruda pueden ser considerados similares a la mayoría de las leguminosas. El contenido de calcio es de 2.52% y el de fósforo entre 0.24 y 0.43%. Una característica sorprendente en la morera, es su alto contenido de minerales (13.6%) con valores de hasta 17%. Otra cualidad de la hoja de mora es su alta digestibilidad, que promedia el 71%.
Los requerimientos cualitativos de los insectos, definidos entre 1950 y 70, son similares a los de los invertebrados:
Las dietas deben contener proteína (a.a. esenciales), carbohidratos (simples y complejos), lípidos y esteroles (ácidos grasos), vitaminas (especialmente del complejo B) y minerales.
Si se piensa realizar toda la producción con alimentación natural se debe tener la seguridad de disponer de abastecimiento pleno y permanente de hojas de mora. Esto es así porque una vez que las larvas han comido hojas de mora, difícilmente comerán dietas artificiales, más allá que las mismas sean construidas sobre la base de hojas de mora. El diseño de dietas artificiales debe contemplar una provisión de alimentos diferente para cada estadio (larva, pulpa y adulto) y esto es de suma importancia porque una mala nutrición puede producir diferentes formas de mutaciones y retardo en el desarrollo.