Fútbol: nueva propuesta para cuidar la calidad del césped

La Facultad de Agronomía le presentará el proyecto a la AFA. Los investigadores aseguran que su implementación ayudará a evitar lesiones de los jugadores y mejorará el rodamiento y pique de la pelota.

Sin duda, el fútbol en la Argentina es una pasión compartida entre multitudes. Desde que llegó al país en las últimas décadas del siglo XIX fue adoptado como un deporte nacional y popular. Si bien existen reglas que lo legitiman, aún no hay pautas reglamentarias relacionadas a la calidad del césped de las canchas, muy importante por ser donde se desarrolla el juego.

Desde la Facultad de Agronomía de la UBA se está generando un proyecto, enmarcado dentro de la programación UBACyT  2012-2014, donde se analiza qué parámetros se pueden medir en un césped natural y se fijan rangos de valores para clasificar a las canchas en categorías. Cuando el proyecto concluya, se lo presentarán en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) para que consideren su inclusión dentro de las habilitaciones que actualmente tienen los clubes.

“La idea es que el césped no sea el protagonista en una cancha sino los jugadores.  Queremos lograr que, más allá de las características diferentes de acuerdo a las zonas geográficas, las propiedades de ese césped como son el pique de la pelota, el rodamiento y la dureza del suelo, sean similares. Y eso se puede obtener sólo haciendo un buen diagnóstico de cómo es la situación actual en las canchas que se están utilizando, y proponer rangos o límites para cada uno de estos parámetros”, aseguró Fabio Solari, ingeniero agrónomo e impulsor del proyecto.

Solari fue convocado por la empresa Greenfutbol para dirigir el “Tour Verde Sudáfrica 2010” y recorrer las canchas para conocer las nuevas tecnologías implementadas en césped. Actualmente, trabaja como profesor a cargo de la cátedra de Topografía de la FAUBA y, junto a  docentes y alumnos de las carreras de Agronomía, Jardinería y Floricultura, desarrollaron el proyecto para lograr una homogeneidad en el campo de juego.

“Cuando tuve la oportunidad de ir a ver las canchas del Mundial 2010, me contacté con el Ing. Agr. Schoeman de la Universidad de Pretoria, contratado por la FIFA (Fédération Internationale de Football Association) para la supervisión del césped de ese campeonato. Estudié cuáles eran los parámetros que aplicaban y cómo los median. Entonces nosotros tratamos de adaptarlos y establecerlos para las condiciones argentinas”, afirmó.

La investigación comenzó en el 2012 con la elección de 18 canchas, incluyendo las de primera categoría, como Racing; de primera B como Ferro y también las canchas de infantiles y aficionados. Actualmente, están realizando las mediciones con aparatos que desarrollaron y trabajan sobre determinaciones con respecto al suelo: textura, resistencia, compactación, cobertura vegetal, topografía de cada una de las canchas, velocidad o distancia recorrida de la pelota y altura del pique.

Según los especialistas, la gran amenaza que tiene el césped natural es el césped artificial, que sí está certificado. “Es un gran negocio para la FIFA  que todos tengan césped artificial, y la gran ventaja es que se juegue donde se juegue la calidad es similar. Si nosotros desde el césped natural podemos obtener esa misma calidad homogénea, no va a haber necesidad de cambiarlo”, dijo el ingeniero Solari.

Y aseveró: “Lamentablemente la FIFA no reglamenta el césped natural: cuando habla del césped sólo nombra que debe tener una cobertura total del terreno, una buena infiltración en el suelo y que el riego debe ser eficiente, pero nada dice respecto a valores de estos parámetros”.

Por su parte la AFA sigue apostando al césped natural, por razones económicas y porque los jugadores y los técnicos lo prefieren. “Aunque algún club argentino haga su cancha de césped artificial, el deporte en nuestro país seguirá desarrollándose en césped natural”, afirmó.

El fútbol es un fenómeno social, no sólo como espectáculo sino también porque es el deporte que se practica en todos los segmentos sociales y en todas las regiones del país. “Como institución debemos tener un vínculo directo con la sociedad, entonces nos pareció interesante que la universidad también participe en mejorar la calidad tanto para el juego como para disminuir las lesiones de los jugadores. Queremos brindar un aporte porque sabemos que un césped en buenas condiciones  va a ser más seguro para todos los jugadores”, expresó Solari.

Para los investigadores, el objetivo principal del proyecto es generar conocimiento de utilidad directa para los que tienen que decidir sobre el mejoramiento de la calidad de los céspedes en canchas de fútbol. “Pensamos que va a ser una herramienta generada desde la UBA que va a permitir adecuarse a una determinada norma de calidad de una manera sencilla”, comentó.

Además, planean generar un manual para que cualquier otro técnico en césped pueda realizar las mediciones. Y teniendo en cuenta que hay muchos deportes sobre césped que están creciendo a ritmo acelerado, los especialistas consideran que esas reglas se podrían aplicar también para polo y golf, por ejemplo.

“Nuestra idea es brindar un apoyo a los clubes que lo soliciten y que la FAUBA sea un centro de referencia de césped deportivo. Pensamos que es una buena oportunidad porque tenemos una masa crítica de docentes y alumnos especializados en el tema. Y sin duda será una gran salida laboral para muchos ingenieros agrónomos, técnicos en Jardinería y licenciados en Diseño y Planificación del Paisaje”, cerró.

¿Los recitales arruinan el césped de las canchas de fútbol?
“Lo que arruina el césped es el pisoteo constante, sea por un acto religioso o un recital de rock, el efecto es completamente el mismo. El problema es poner a cuatro personas por metro cuadrado durante tres o cuatro horas paradas o saltando. En esos casos, ninguna cubierta cespitosa lo tolera. Durante los recitales en las canchas, los organizadores les colocan unos tableros de policarbonato que reparten el peso en muchos puntos de apoyo y disminuyen la presión sobre el suelo. Si esta protección no excede los dos días, en general el césped no sufre un daño intenso. El problema es cuando hay ciclos de cinco o seis recitales lo que implica diez días de esta cobertura, entonces el césped no puede fotosintetizar y comienza a deteriorarse o a morir”, respondió Fabio Solari.

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Esp. Lic. en Comunicación Social