Adiós a un Gran Maestro
Con profundo dolor la Facultad despidió al Profesor Julián Cámara Hernández, un apasionado por la profesión, por la ciencia y por la naturaleza; uno de los Grandes Maestros de la UBA.
Julián Cámara Hernández una vez escribió: “Parodi transmitía su amor por las plantas dejando sentir en ese acto su amor por el prójimo. En sus diarias visitas al Jardín Botánico se veía su estado de felicidad en ese mundo en el que el alumno se empapaba del mismo goce”. Sabias palabras que supo contagiar en cada aula a través de su enseñanza, de su pasión por la ciencia y las plantas; de su amor y compromiso por la profesión.
A los 83 años se fue Julián, el “abuelo” de tantos estudiantes que pasaron horas escuchando sus historias, aprendiendo de esas historias, enamorándose de la Botánica o de la Agronomía, o de las dos cosas. “Ésta era su casa y él amaba y tenía mucho orgullo por este segundo hogar”, expresó Verónica su hija.
A los 50 años de la muerte de Parodi, un 23 de noviembre partió Julián, Gran Maestro de la Universidad, Gran Profesor de la Facultad, Gran Persona para la Comunidad. “Querido Julián, es muy difícil decirte adiós, te fuiste en paz, continuaremos con nuestra tarea cuidando los maíces y descongelando la cámara de frío… Seguiremos tus huellas, hasta pronto”, aseveró su compañera Ana María Miante Alzogaray.
“Si yo soy Agrónomo en gran medida es gracias a Julián. Tanto él como el Ingeniero Valla fueron los que hicieron que nos enamoremos de la agronomía cuando entramos a la Facultad. A punto de cumplir 84 años, nunca dejó de trabajar y de generar proyectos; era una máquina de producir ideas. Una persona entrañable, querible, muy humilde, que aportó un gran valor a la agronomía. Se nos fue Julián y nos dejó el compromiso de honrar su ejemplo”, dijo el decano Rodolfo Golluscio.
Y la vicedecana Marcela Gally también se despidió: “Te conocí hace prácticamente 40 años en la Facultad y fuiste uno de los que me inculcó el amor a las plantas y las ganas de seguir estudiando esta carrera. Ahí supe de tus dotes de gran profesor pero no sabía que muchos años después iba a tener mucha más suerte y más honor de conocerte como persona. De perfil bajo, pocos saben por ejemplo que realizó estudios de posgrado en Harvard. Hace poco había tomado un curso con vos de collages vegetales y lamentablemente no pude mostrarte todo lo que hice. Fuiste y sos un ejemplo de humildad, de generosidad y sabiduría. Se fue un grande, una persona única que vamos a tener siempre con nosotros en nuestros pensamientos y en nuestros corazones”.
Julián fue uno de los botánicos más importantes del país y un experto en maíces nativos de la Argentina. Se encontraba abocado al desarrollo de un proyecto de investigación sobre la identidad genética de los cultivos andinos y participaba en varios proyectos de reintroducción de maíces originarios en las culturas ancestrales qom y guaraní. “Su trabajo sobre los maíces ancestrales que desde hace 20 años anduvo recogiendo por diversas provincias del país, ya cuenta con unas cuantas parcelas de multiplicación en la Comunidad Quom Potae Napocna Navogoh. Gracias Julián en nombre del GET-Quom y de la comunidad”, manifestó Pablo Rush, secretario de Extensión.
Pero además de Ingeniero Agrónomo y Botánico era Acuarelista, y tenía una gran colección de dibujos y pinturas botánicas que las exhibía en la Galería de Arte de la Facultad y en diferentes publicaciones. “En nombre de la Editorial quiero despedirme de Julián. Cuando empecé en esta Facultad esos dibujos maravillosos que hacía con tizas de colores en el pizarrón eran imborrables. En estos últimos 16 años hemos compartido muchas reuniones y siempre transmitió esa pasión por lo que hacía. Te vamos a extrañar mucho”, exteriorizó Elba de la Fuente.
Desde la Cátedra de Botánica Agrícola (Cátedra a la que le dedicó gran parte de su vida como Profesor), y con profunda tristeza, docentes lo homenajearon con unas breves palabras: “Tenemos que agradecerte todo lo que nos diste, tu formación, tus dibujos, tu todo. Los imagino con Rolando, sentados en un jardín como los vi tantas veces juntos” dijo Silvana Gambino; y Gabriel Rúa cerró: “Los que pasamos por esta Facultad y por la Cátedra desde chicos heredamos y aprendimos muchas cosas de él, en mi caso el amor por las gramíneas. Nunca olvidaremos tu manera diferente de encarar la enseñanza de la botánica”.
“¡Gracias por el homenaje! Mi abuelo siempre sintió todo este cariño y reconocimiento, eso lo sostenía en momentos que no se sentía bien. Hoy conocimos a muchas personas que él nos nombraba todo el tiempo. Como dijo mi mamá, la facultad siempre fue su segundo hogar, gracias por escucharlo y por acompañar sus proyectos!”
Mechi Cerrotta