Digo La Flora, Roberto
El profesor y curador del Herbario de la FAUBA ganó un concurso literario en San Luis. Desde la botánica interpretó la obra de un reconocido poeta puntano.
La Casa Museo del Poeta, se llama el centro cultural que organizó el concurso. Roberto Tortosa, quien lo ganó. En San Luis, la consigna fue interpretar los escritos del poeta merlino Antonio Esteban Agüero, y el profesor de la FAUBA, desde la Botánica, lo logró.
Roberto tiene 66 años, es profesor de la cátedra de Botánica de la Facultad de Agronomía de la UBA y curador del Herbario Gaspar Xuarez. Tal vez nunca había explotado sus dotes como escritor. Lo cierto es que Tortosa se animó y realizó un ensayo sobre la obra de este lírico puntano. “El ensayo que presenté explica cómo comprender la poesía sobre la flora. Agüero es muy valioso, poco conocido en Buenos Aires y muy valorado en San Luis. Es un personaje”.
A ochocientos kilómetros de la provincia de Buenos Aires, en la ciudad de Merlo, se llevó a cabo el Concurso Literario Agüero Poetas del Arraigo. Hubo participantes de todo el país. “En San Luis hay una vida culturalmente intensa. Me presenté a este concurso porque conozco las obras de este excelente poeta. Después de leer Digo la Flora empecé a indagar sobre cada una de las especies que nombra el poeta”.
Las obras de Antonio Esteban Agüero, tanto en su poesía como en su prosa, contienen un mensaje claro y profundo a favor del hombre vinculado a la naturaleza. Los puntanos lo consideran el máximo representante de la creación literaria en su provincia. “Conocí sus escritos en el año 2002, durante una congreso de botánica. Desde ahí, leo y recomiendo todas sus obras”.
Por la excelencia literaria, como lo señala una revista periodística de San Luis, de los ochenta trabajos presentados se eligieron “los mejores entre los mejores”, sin otorgar primero, segundo o tercer premio, sino dando un reconocimiento unánime a veintiún poesías, diez relatos y cuatro ensayos. Roberto Tortosa fue premiado por su ensayo.
Con mezcla de emoción, satisfacción y agradecimiento, Roberto levantó y mostró con orgullo el diploma que recibió en el mes de julio. Los ganadores recibieron, además, una colección de la editorial San Luis Libros compuesto por diecinueve obras de la Edición del Bicentenario.
“Hay una situación de compromiso intermedia, a la que deberíamos aspirar, que es la de incorporar en nuestros jardines especies arbóreas y herbáceas nativas, y dejar, en algunos sitios, que la naturaleza se encargue, por su cuenta, de recrear lo que Dios asignó a este paraíso del planeta que llamamos Villa de Merlo, y que el poeta Agüero supo transmitirnos”, reflexionó al final de su trabajo ensayístico.
¡Ellas guarden mi nombre del olvido
bajo el Sol y la Luna de Provincia!
Antonio Esteban Agüero
El Chañar y su espíritu gregario, pues no sabe crecer sin compañía bello de flores cuando acaba octubre rico de frutos cuando enero inicia…
Tala nombro, cuya sombra tiene transparencia de lumbre submarina; ... y el Espinillo con flores que parecen oro de bucles…
Ucle de largos candelabros...; y el Molle que nace donde el bosque comienza a trepar por las colinas…
Y el Coco que guarda en su corteza veta de jaspe o de alabastro rica;... y el Llantón, que llora si la lluvia en las alas del viento se aproxima…
El Algarrobo,... con su joven verdor que purifica, ... y el Suspiro, perfecta como el cielo…
El Hachón, esa virgen luminosa;... y la Saeta con su luz marina, que parece una lágrima temblando sobre la fresca hierba amanecida…
Y la bella Lagaña de los Perros a quien rindo galante pleitecía;...y el Ilolay, la flor de la leyenda…