Una noche para recordar
En la FAUBA se celebró la tradicional cena anual de graduados. Cerca de 300 egresados de las promociones 1962 y 1987 se reencontraron y reavivaron su sentimiento de pertenencia a la facultad.
Volver y reencontrarse. Sentimientos compartidos. Recuerdos. Alegría y emoción. Sin duda, los graduados disfrutaron de una noche única, en el rosedal de la FAUBA.
“En la facultad vivieron años muy importantes de su vida donde no sólo forjaron su vocación, sino también nuevas amistades. Y este reencuentro, en muchos casos después de 50 años, es muy conmovedor. Fueron la cara de la facultad ante la sociedad y agentes de cambio en el lugar donde les tocó estar”, expresó Rodolfo Golluscio, decano de la Facultad de Agronomía de la UBA.
Desde 2000, nuestra institución organiza el encuentro anual de graduados con la finalidad de acercarle la facultad a los egresados y reavivar, una vez más, su sentimiento de pertenencia. Este año, cerca de 200 graduados cenaron junto a las autoridades de la FAUBA, compartieron anécdotas y bailaron al ritmo del grupo Pecaypudú, que interpretó música latinoamericana.
“Es un lugar para recordar y para seguir adelante. Seguramente aquellos que reciben la medalla harán un balance. Probablemente la facultad transmitió algo a través de ellos y el país lo recibió”, dijo Gustavo Schrauf, secretario de Desarrollo y Relaciones Institucionales de la FAUBA.
Los homenajeados fueron los egresados que cumplieron 25 y 50 años de su graduación, quienes fueron reconocidos con medallas y diplomas. “La fundación va a continuar intentando encontrar espacios de comunicación con los egresados para poder incorporarlos a nuestro trabajo”, señaló Pablo Alejandro Marasas, secretario de la Fundación Facultad de Agronomía.
Los graduados
Hace 50 años, Juan José Valla egresaba de la Facultad de Agronomía con un “hasta pronto” como despedida. Con los años, se convertiría en uno de los docentes más queridos y respetados de la FAUBA. “El que debería estar en mi lugar es el Ingeniero Cámara Hernández, compañeros de toda la vida, siempre peleando”, bromeó y agregó en el mismo tono: “Los que egresamos en 1962 somos los dinosaurios y los del 87 los mocosos, pero no tienen que ofenderse porque como decía Gardel, 20 años no es nada y 25 apenas un poquito más”.
Valla es un ingeniero agrónomo que ama la botánica. Aseguró que el espíritu de la universidad está en los profesores brillantes e inspiradores que tuvo; algunos, héroes de la agronomía argentina. Y recordó una canción que cantaban con sus compañeros: “A los que son, a los que fueron antes, los que por siempre tienen de estudiantes para toda la vida el corazón”.
Jorge Woot tiene 60 años y trabaja en la cátedra de Maquinaria Agrícola. Egresó de la FAUBA en el año 1976. “Viví la época de separación entre Agronomía y Veterinaria. Hubo asambleas y cambiaron paradigmas establecidos, fue una etapa convulsionada. En septiembre de 1972 terminaron las clases y se reiniciaron en enero del año siguiente; es decir, ese año nos pasamos el verano estudiando”.
Una forma de vida atrapante e interesante, como lo define él, es haber tenido la posibilidad de estudiar Agronomía y de ejercer la profesión en el ámbito rural y urbano. “Antes el profesor era el que traía el conocimiento, y si no era a través de él no se obtenía. Hoy es muy diferente, el docente cumple otro rol porque el conocimiento se consigue por muchos medios”.
Pertenece a la promoción del '69 y hasta hace cinco años fue profesor de la cátedra de Fitopatología de la Facultad de Agronomía. Jorge Verdejo siente pasión por la docencia y orgullo por haber egresado en una institución tan prestigiosa. “Ejercí por más de 40 años la docencia hasta que me jubilé. Durante la carrera tuve muchos amigos, con los cuales hoy me estoy reencontrando y los recuerdo uno por uno”.
Si bien Jorge empezó a estudiar Agronomía porque estaba en contacto con el campo, hoy asegura que gracias a eso pudo trasladar a la facultad las experiencias vividas, agregándole un condimento más a la docencia.
Enrique Roquero se egresó en el año 1962. Compañero de Juan José Valla y Julián Cámara Hernández, recordó una anécdota: “Cuando estábamos por recibirnos, el Ing. Parodi nos dijo: muchachos junto a ese cartoncito que llevan abajo del brazo va una llave, la de la biblioteca, úsenla. Entendí que teníamos que estudiar e investigar para contribuir al desarrollo de la ciencia agronómica. Pero hice algo que él no me dijo: cuando me dieron este cartoncito y la llave, me fui a la biblioteca no a llevarme un libro sino a una bibliotecaria que trabajaba ahí y que fue mi esposa durante 30 años”.
Ella tiene 74 años y hace 42 que vive en Chile. Cuando cursaba en la FAUBA eran sólo seis mujeres, a las que respetaban y trataban de “usted”. Ute Teresa Von Schmieden volvió a Agronomía para reencontrarse con los compañeros que dejó de ver hace 50 años. “Me entregaron una medalla que la voy a usar siempre porque pertenezco a este grupo que me dio tanto. Para mí la facultad fue como revivir. Tuve muy buenos profesores, con la gran suerte de ser alumna de Parodi, y muy buenos compañeros”.
Además de ser ejercer su profesión en Chile como profesora, es acuarelista y editó un libro. “Recuerdo el parque, los árboles, las flores, el ir y volver, el poder asistir o no a las clases, la libertad, la amistad, aprender. Y haber conocido a Juan José Valla, que actualmente vive en la casa donde nosotros celebramos nuestra graduación”.