El rol del Estado en la Agricultura Familiar
Políticos y académicos explicaron dónde estamos parados y cuál es la Argentina que se viene.
En el marco del quinto Encuentro Nacional de Estudiantes realizado en la Facultad de Agronomía de la UBA, el Ministro de Agricultura Carlos Casamiquela; el decano de la FAUBA Rodolfo Golluscio; el vicepresidente del INTA José Catalano; y la subsecretaria de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación Laura Alonso, compartieron un panel de discusión y plantearon cuál es el rol del Estado en la Agricultura Familiar y qué papel juega la universidad como formador de profesionales críticos.
El Ministro Casamiquela hizo hincapié en el tema de la recuperación del Estado, de la doble función del desarrollo agrario, y del futuro que se viene, con grandes posibilidades para una Argentina proveedora de alimentos al mundo.
“Estamos proyectando un Estado que tiene que tener la solidez necesaria para equilibrar las tensiones sociales en un proceso de profunda transformación. El Estado no es un ordenador normativo solamente, es un generador de herramientas de transformación política. Si bien hasta la década del 70 éramos el granero del mundo, este modelo no tenía un componente de inclusión, equidad e igualdad de oportunidades. Hoy se da una doble función en el desarrollo agrario: la de incorporar a todos los sectores para que nadie quede marginado, y la de transformar aquella idea de que somos el granero del mundo para ser capaces de ser los proveedores de alimentos al mundo. Y no solamente hay que producir alimentos sino también generar capacidades de acceso a esos alimentos. El ministerio prevé, en un esquema absolutamente sustentable, que para el 2020 argentina puede estar produciendo alimentos para 600 millones de habitantes”, aseguró el ministro.
En cuanto a la importancia que juega en este sentido la universidad pública, el decano Golluscio expresó: “La universidad pública en la Argentina es una herramienta de desarrollo fenomenal. Además de ser gratuita, es de ingreso irrestricto y de calidad académica. El rol de la universidad es formar profesionales y generar conocimientos útiles a la sociedad, porque el pueblo pone en la universidad gran cantidad de recursos a los que nosotros debemos responder y devolverle. La universidad los forma como ciudadanos íntegros y eso les genera un compromiso. Los sistemas actuales de producción necesitan ser cambiados por buenas prácticas, y esas buenas prácticas van a salir de las teorías que ustedes puedan aprender en la Facultad. Cuanto más sepan más van a poder cambiar la realidad”.
Parado desde la visión de un Estado que incorpora la Agricultura Familiar y la hace evidente, José Catalán, vicepresidente del INTA aseveró: “El campo no es uno solo, es multifacético; no es un productor ideal sino que existen realidades muy distintas. Las instituciones, las ideas y las relaciones de fuerza conforman el Estado y como decía el decano, la universidad pública está promoviendo y desarrollando profesionales que van a participar y actuar en un campo donde realmente esta conformación de fuerzas se ve. Eso es institucionalidad. Con mucha fuerza a través de las organizaciones campesinas se va generando la institucionalidad de ese sector del campo que históricamente estuvo invisibilizado. Para nosotros, el INTA, está claro que la Agricultura Familiar es un tema de desarrollo y producción donde las instituciones tienen la responsabilidad de generar instrumentos y recursos humanos para avanzar”.
Según Laura Alonso del Ministerio de Educación, la Argentina se encuentra en un proceso de recuperación de la industrialización donde la educación, la ciencia, la tecnología y la investigación son primordiales. “Desde hace doce años se viene desarrollando un modelo de país de crecimiento económico junto a la inclusión social. La posibilidad de recuperar el rol del Estado como una herramienta reparadora, que puede ser útil a la transformación social. Y es necesario que en estos procesos de cambio y de articulación podamos tener a la par la voz de la Academia y del Estado y generar políticas activas. Si hay algo de la cual se jacta la universidad es que entre sus aulas juega la conciencia crítica. Y eso hoy tiene que estar puesto al servicio de poder pensar cómo no sólo se acompaña un proceso de cambio sino también en cómo se profundiza y cómo se mejora. Este Estado convoca permanente y sistemáticamente a la universidad, no sólo a la formación de los profesionales que requiere el modelo de país sino que activamente acompaña la ejecución de la política pública, de los procesos de cambio”.
Y Casamiquela cerró convocando a discutir el concepto de seguridad alimentaria. “Ahí es donde aparece una valorización manifiesta de la Agricultura Familiar, que es la única que tiene la capacidad, la solvencia y el conocimiento de ser actores principales en la seguridad alimentaria. El decano decía formar profesionales útiles a la sociedad, tenemos que tener claro el para qué y cuál es el camino para lograrlo, donde el hombre es el eje de este proceso de transformación”.