Maestros de la FAUBA, homenajeados por la Universidad Nacional de Córdoba
Antonio Pascale y Edmundo Damario fueron reconocidos con el grado de Doctor Honoris Causa por la UNC. Un verdadero homenaje a dos grandes maestros de la FAUBA por sus aportes científicos en la Agrometeorología de nuestro país.
En el marco de los 400 años de la creación de la Universidad Nacional de Córdoba, los ingenieros agrónomos Antonio Pascale y Edmundo Damario fueron reconocidos con el grado de Doctor Honoris Causa por sus contribuciones en el campo de la docencia, de la investigación y, principalmente, por sus aportes científicos en el campo de la Agroclimatología para la Argentina.
La entrega se realizó en la Facultad de Agronomía de la UBA y contó con la presencia de alumnos y docentes de la cátedra de Climatología, autoridades de ambas instituciones y familiares y amigos de los homenajeados.
“Fueron más que precursores de una cátedra, fueron fundadores de una escuela, la de Agrometeorología, que fue muy importante para la Argentina, ya que fue protagonista de la fundación de las cátedras de Agrometeorología de las Universidades de la Plata, Córdoba y el Comahue, entre otras, e incluso trascendió los límites del país. Me pone muy orgulloso tener una escuela así en nuestra facultad y eso nos compromete a cuidarla”, aseguró el decano de la Facultad de Agronomía UBA, Rodolfo Golluscio.
En una emotiva reunión, el titular de la cátedra de Climatología, Guillermo Murphy, expresó: “Pascale y Damario han formado grandes recursos humanos, fundamentales para el desarrollo de la cátedra y para la formación de un objetivo común. Sin duda son grandes maestros que no sólo nos han instruido en la Agrometeorología, sino que también nos han dado una enseñanza de vida”.
“Fueron nuestros profesores, y sus enseñanzas sirvieron de base para las investigaciones y planes de docencia universitaria. Sin sus aportes en los cursos, nuestros egresados no hubieran tenido el mérito académico-científico que tienen hoy”, expresó el Dr. Andrés Ravello, de la Universidad de Córdoba, quien en representación de la UNC hizo entrega de la distinción que se les otorga a las personas más prestigiosas. El momento fue particularmente emotivo porque el Dr. Ravello es discípulo de los homenajeados. Además, el decano homenajeó al Ing. Agr. Edmundo Damario, haciéndole entrega del título Profesor Honorario de la UBA, por sus méritos y trayectoria desarrollada para esta institución.
GRANDES MAESTROS, con mayúscula
Antonio y Edmundo se sentaron al frente del aula, como si fueran a dar una clase, de esas que daban hace 50 años. El resto, los miró con admiración, orgullo y emoción.
“Siento tanta conmoción en este momento, que me pasan recuerdos y momentos de esta carrera que emprendimos con Antonio. Cuando empezamos, no teníamos ni idea lo que era la meteorología agrícola pero de a poco fuimos formándonos a través de la lectura y del trabajo constante”, contó Edmundo Damario, sonriente y con lágrimas en los ojos.
Con absoluta humildad emprendieron un largo camino y trabajaron más de medio siglo juntos, ininterrumpidamente. Son ingenieros, investigadores, docentes que, de manera casi artesanal, sin computadoras ni satélites, enseñaron su ciencia con absoluta rigurosidad.
“Nos conocimos en agosto del 44, empezamos a trabajar juntos y después formamos una gran amistad, que ya lleva 60 años. Nos hemos dedicado íntegramente a la profesión, a la parte de meteorología agrícola”, expresó Antonio Pascale, que se paró firme y, con sus palabras, emocionó a todos los presentes.
En esa época, había muy pocos avances en relación a la Agrometeorología, por eso era fundamental para la Argentina divulgar nuevos conocimientos. Así, Edmundo y Antonio propusieron un programa distinto, que aún se está utilizando en la cátedra de Climatología de la FAUBA y que ha sido un modelo importante para otras instituciones de nuestro país.
“A fines de la década del 60 se estaba conformando en Córdoba el Instituto de Agrometeorología y necesitaban docentes para las materias que empezaban a desarrollarse. Nos propusieron dictar la asignatura Meteorología Agrícola y aceptamos. A partir de ese momento creamos la cátedra de Climatología Agrícola en la Universidad de Córdoba”, relató Pascale.
Y, como si recordara con exactitud el momento, Edmundo agregó: “Los días jueves a la noche, viajábamos una semana cada uno para hacernos cargo de las clases teóricas y prácticas, durante 5 años. Fue un gran esfuerzo, pero valió la pena”.
Sin duda, el aporte de sus investigaciones puede verse con absoluta nitidez y sus contribuciones en el campo de la docencia, por más de 50 años, permitieron la formación de profesionales altamente capacitados en los manejos agropecuarios sustentables y productivos.
Grandes maestros de la cátedra, grandes maestros de la Facultad de Agronomía, grandes maestros de la UBA. Juntos recorrieron un camino y dejaron sus huellas. No sólo una enseñanza, sino también, una lección de vida.