El microesquejeado, técnica de propagación de plantas alternativa al manejo tradicional en el vivero
Origina un cambio paradigmático, combinando micro y macro propagación. Permite propagar durante todo el año -independientemente de los factores ambientales incidentes-, enraizar hasta 7000 estaquillas por metro cuadrado y bajar significativamente los costos de propagación, dando así una respuesta tecnológica al sector viverístico argentino.
En la producción comercial de flores, frutales y hortalizas, la etapa de vivero es sumamente importante por cuanto la calidad de los plantines obtenidos fijará la productividad final del cultivo. En el vivero el manejo de la propagación requiere de destreza y una visión global del sistema productivo. Muchos de estos cultivos son propagados mediante la manipulación de plantas madres, y el posterior aprovechamiento de sus órganos vegetativos. Este proceso tiene como finalidad propagar plantas que posean características buscadas como resistencia a enfermedades, mayor rendimiento, mayor calidad estética y tolerancia específicas a factores ambientales, entre otras, o bien para resolver problemas originados en su propagación por semilla (como la alta variabilidad genética, severos problemas de dormición seminal, fase juvenil muy prolongada, etc). Por lo general se toma una porción de la planta madre denominada esqueje, estolón o hijuelo.
Si bien existen técnicas de propagación por estacas definidas e implementadas desde casi comienzos de la agricultura, en la Cátedra de Floricultura de la FAUBA, el equipo dirigido por el Ing. Agr. Carlos Luis Boschi, desarrolla actualmente una técnica mejorada de propagación por estacas, que denominó microesquejeado, para dar una respuesta tecnológica al sector viverístico argentino, relacionada con los cambios paradigmáticos de la producción vegetal intensiva actual.
Mediante esta técnica, es posible propagar durante todo el año independientemente de los factores ambientales incidentes, enraizar hasta 7000 estaquillas por metro cuadrado y bajar significativamente los costos de propagación.
El microestaquillado es una técnica que origina un cambio paradigmático; es una combinación de micro y macro propagación, donde los cambios más significativos son:
- No se utilizan invernaderos (en consecuencia no se requiere de sistemas de riego, calefacción, refrigeración, etc), sino un cuarto provisto de un aire acondicionado y estanterías metálicas provistas de un sistema de luces por tubos incandescentes.
- Las bandejas de enraizamiento no tienen drenaje, con lo cual el sustrato en la bandeja no se encuentra a la presión atmosférica; ello deriva en que sustratos apropiados para la producción en contenedores no lo son para las bandejas sin drenaje pues varían las condiciones físicas del medio de crecimiento.
- La irradiancia que llega a los esquejes no es del espectro de radiación solar, sino que proviene de los tubos de luz incandescente. El espectro de radiación de los tubos se utiliza en la producción para tres manejos: 1) La temperatura que emiten se utiliza en otoño invierno para mantener al cultivo en su rango óptimo de temperatura del aire sustrato (el piso de cada piso de estantería, al ser metálico, se calienta por la emisión de radiación del tubo que ilumina el piso inferior en la estantería). 2) La intensidad lumínica, que -dependiendo de la cercanía en altura de la bandeja de esquejes fluctúa entre 330 y 690 micromoles/ cm2/seg provee de energía fotosintéticamente activa al follaje. 3) La relación rojo/rojo lejano del espectro de irradiancia de los tubos es comparativa y aproximadamente tres veces mayor que en la radiación solar, ello permite cultivar a densidades de plantación muy altas por cuanto no se elongarán los entrenudos de los plantines durante el enraizamiento.
- El manejo hormonal para promover el enraizamiento consiste en combinaciones de variadas dosis de ácido indol butírico al momento de implantar los esquejes, con posterior pulverización con benciladeninas en variadas dosis, agregando además fertilizantes foliares en bajas dosis.
El fotoperíodo es manipuleado fácilmente, mediante un timer, fluctuando entre 16 a 24 horas/día de irradiancia, dependiendo de la especie a enraizar.
El material vegetal utilizado consiste en esquejes apicales no lignificados con follaje, de un largo fluctuante de 5 a 8 cm, proveniente de plantas madres cultivadas bajo invernadero, fertilizadas con bajas concentraciones de nitrógeno y adecuadas del resto de los macro y micronutrientes.
Si el sistema de microesquejeado descripto se maneja combinando adecuadamente todas las variables enunciadas, es posible lograr tasas asombrosas de enraizamiento en aquellas especies tradicionalmente "difíciles de propagar por estaquillas", y a densidades de hasta 7000 plantas por metro cuadrado (es decir a menores costos por planta enraizada) durante todo el año, independientemente del ambiente exterior.
Sin embargo ¿hay desventajas que pudieran observarse? Sí, hay algunas, y de hecho se está trabajando para ajustar la técnica a las problemáticas siguientes:
- El tamaño de plantín originado es mucho más pequeño que mediante el sistema de propagación el tradicional, lo que conlleva a un mayor ciclo de cultivo en la etapa posterior al vivero.
- La aclimatación (proceso de adaptación de los plantines al ambiente de invernadero comercial) es más dificultosa.
- Sería más probable que las plantas originadas por esta técnica sean en las primeras etapas de su cultivo más sensibles al ataque de plagas y enfermedades.
- El agua de riego/pulverización deberá ser idealmente libre de sales (usar agua de lluvia, agua destilada, agua urbana corriente) por cuanto este sistema es sensible a la salinización del medio de enraizamiento.
Mayor información
Ing. Agr. Carlos Luis Boschi. Cátedra de Floricultura, cboschi@agro.uba.ar, (011) 4580 2825/26. Cátedra de Floricultura FAUBA - Habana 3870 Ciudad Autónoma de Buenos Aires. República Argentina.