24 de Marzo de 2009 - Reflexión

Mié, 25/03/2009 - 11:26
Por FAUBA

EN EL DIA DE LA MEMORIA POR LA VERDAD Y LA JUSTICIA, me gustaría recordar a todos aquellos que a lo largo de nuestra historia, entregaron su vida al servicio de esta causa: LA VERDAD que ilumina nuestros aciertos y errores y LA JUSTICIA que nos obliga a hacernos cargo de nuestros errores y a repararlos.

Deseo recuperar el concepto de MEMORIA, no tanto para quedarnos anclados en el pasado sino para echar luz a nuestra realidad actual y poder esbozar ese modelo de República en la que los DERECHOS HUMANOS sean prioridad:

  • el derecho a expresarnos libremente, a disentir y dialogar sin tomar al adversario como enemigo.
  • el derecho a respetar la vida, y cuidarla desde la concepción hasta la vejez.
  • el derecho a vivir en paz y a la seguridad de nuestra vidas.
  • el derecho a una educación inclusiva y de calidad.
  • el derecho a producir y a trabajar como medio de progreso, en lugar del subsidio.
  • el derecho a la verdad de la información que proveen los organismos del Estado.
  • el derecho a proteger el medio ambiente, y nuestro patrimonio cultural.
  • el derecho a exigir transparencia y eficiencia en el ejercicio de la función pública.
  • el derecho a una justicia ágil y ecuánime para todos.
  • el derecho a la salud y a una vivienda digna.

Y muchos más derechos humanos....

En un día donde apelamos a la Memoria.....

¿Podremos pensar cómo integrar esta memoria a un proyecto de Nación?

¿Será una utopía la idea de una República basada en la constitución?

¿Podremos asumir nuestras diferencias, cicatrizar nuestras heridas y vivir reconciliados?

¿Podrá ganar la tolerancia a la violencia?

Recordemos los ideales republicanos de libertad, igualdad frente a la ley, fraternidad.

Sólo a través del ejercicio republicano, construiremos una verdadera democracia.

Necesitamos de la verdad, de la coherencia entre el decir y el hacer, del respeto por el otros, del ejercicio pleno de la justicia, para asegurarnos que tantas muertes injustas y tanto sacrificio de nuestros antecesores no fue inútil, que tuvo sentido para vivir hoy en democracia.

Miremos hacia adelante, que la memoria nos impulse hacia un espíritu de grandeza y reconciliación, necesario para construir una nación donde todos estén incluidos, la Nación Argentina que deseamos nosotros y soñaron nuestros abuelos.

Lorenzo R. Basso

Decano

Sobre el autor

Facultad de Agronomía - Universidad de Buenos Aires