Vecinos en Flor: Diez años promoviendo la inclusión laboral de personas con discapacidad

Foto: Asistentes del curso 2019 y voluntarios de Vecinos en Flor, luego de salir a trabajar la tierra.

Las/os voluntarias/os de este proyecto realizan talleres abiertos y gratuitos a toda la comunidad y un curso inclusivo con certificación sobre Introducción al Cultivo de Plantas. Las actividades se vinculan con la jardinería, huerta, elaboración de compost, y lombricompuesto, así como distintos aspectos de la problemática de la discapacidad, las nuevas miradas, asuntos legales y el acceso al mundo laboral.

En unos meses, el Proyecto de Voluntariado Universitario “Vecinos en Flor” de la Facultad de Agronomía de la UBA cumple 10 años ininterrumpidos de trabajar visibilizando la temática de la discapacidad y promoviendo la inclusión y la igualdad.

“Buscamos hacer posible la igualdad de oportunidades para aquellas personas que eligen trabajar con plantas y desean iniciar sus aprendizajes certificados a través de la capacitación en temas de huerta y jardinería, esencialmente. También, iniciar a las propias personas con discapacidad, estudiantes, docentes, nodocentes y comunidad en general acerca de los derechos, de las posibilidades laborales, la socialización y las nuevas miradas en nuestro país y en el mundo”, contó el equipo de Vecinos en Flor, dirigido por Juan Carlos Lagler.

Actualmente participan más de 50 voluntarios/as: estudiantes de todas las carreras, graduados/as, docentes y nodocentes. “Esperamos que más estudiantes y docentes de la FAUBA se sumen y se lleven una experiencia donde se entrelaza el enseñar- aprender siempre desde el amor y el afecto, la innovación y la creatividad para afrontar desafíos para la inclusión”, enfatizó el grupo.

Además, destacó la participación de otros/as profesionales, como acompañantes terapéuticos/as, asistentes para la vida independiente, profesores/as de educación especial, sociólogos/as, y licenciados/as en Educación. “Lo más importante es que muchas personas con discapacidad que participaron de nuestros cursos y encuentros hoy son voluntarios y no sólo van adquiriendo experiencia en el trabajo con las plantas, sino que también son ayudantes en las clases de los cursos posteriores”, agregó el equipo.

Asimismo, integran el proyecto diversas organizaciones como FUNDAL (Fundación para el Desarrollo Autónomo Laboral), Asociación Civil El Puente Verde y Hogar El Hilo de Ariadna. “Participamos también en la Maestría sobre Gestión de la Discapacidad y en el Programa de Discapacidad de la UBA (PRODISUBA)”, agregaron los miembros del grupo.

Las/os voluntarias/os realizan talleres abiertos y gratuitos a toda la comunidad vinculados con la jardinería, huerta, elaboración de compost y lombricompuesto. “Se apunta al trabajo con plantas desde una mirada agroecológica. Ello requiere conjugar capacitación agronómica con formación en discapacidad, que vamos logrando a través de consultas, seminarios y encuentros con referentes en la problemática”, sumó el equipo.

¿Cómo afectó la pandemia? Según comentaron las/os voluntarias/os, con la suspensión de las actividades presenciales del curso, talleres y prácticas en el espacio propio cedido por la Facultad, se readaptaron a la ‘nueva normalidad’. Organizaron un ciclo de entrevistas virtuales para no perder el vínculo del grupo, trabajaron con redes sociales y lograron crear una página web propia y accesible (vecinosenflor.agro.uba.ar).

“A través de nuestras redes sociales nos propusimos generar conciencia ambiental motivando al reciclado de plásticos vía eco-botellas/ladrillos para un proyecto piloto de bio-construcción. Luego, realizamos un ciclo de prácticas virtuales para asistentes a ediciones anteriores del curso y un seguimiento personalizado a las PCD de lo que estaban realizando en sus casas, aspecto muy valorado por los asistentes y reconfortante como tarea de los voluntarios”, enfatizó el grupo de Vecinos en Flor.

También, este año se repitió el curso virtual para nuevos asistentes con un aforo del 20 % respecto al cupo en presencialidad “para no sobrecargar la pantalla y captar la máxima atención con ciertas pautas pedagógicas consensuadas en reuniones de equipo. Esto permitió arribar a un nuevo formato innovador y superador con resultados muy satisfactorios en los procesos de enseñanza-aprendizaje con el trabajo semanal de seguimiento”, explicó el equipo.

Actualmente, están relacionando los contenidos del curso con distintos recursos pictóricos en el Taller Virtual de Arteterapia, a cargo de una voluntaria artista plástica. “Por otro lado, presentamos dos publicaciones para un congreso de extensión y otro de agroecología contando nuestras experiencias”, añadió.

Con la reapertura de FAUBA, poco a poco van retomando el trabajo y reacondicionan el predio para volver con las prácticas y talleres.

“Creemos que es necesario, además de visibilizar la temática de la discapacidad hacia toda la comunidad, comprender y fortalecer los aspectos inclusivos en la educación universitaria, un campo docente no muy explorado. Y respecto a los estudiantes, conectarlos conjugando extensión universitaria y discapacidad en un marco de interdisciplinariedad”, aseguró.

¿Cuáles son los principales desafíos en esta nueva etapa? El equipo de Vecinos en Flor afirmó que, el más importante, es cristalizar su gran objetivo de promover la inclusión laboral “y hacerla realidad desde los aspectos de contratación por parte del estado y las empresas privadas como desde el emprendedurismo. Asistentes al curso han desarrollado microemprendimientos en sus casas y eso nos alienta, es un primer paso en este largo viaje”.

Y cerró: “Invitamos a participar de nuestro proyecto. Hay diversidad de tareas para todos los gustos. Quienes inician un camino en Vecinos en Flor no sólo aportan a la comunidad y a las personas en situación de vulnerabilidad sino que sienten el orgullo y satisfacción de la pertenencia”.