El primer tambo robótico de la Argentina

Luis Millapán de la FAUBA participa del proyecto que ya se inauguró con éxito. Actualmente investiga sobre el tráfico voluntario de las vacas.

En los tambos convencionales las rutinas de ordeño dificultan la gestión del tiempo y la vida social y familiar de los operarios que deben ordeñar vacas dos veces al día, los 365 días del año bajo condiciones de calor, lluvia, frío, o mucho barro. Pensando en brindar una mejor calidad de vida al tambero y alivianar su actividad monótona y rutinaria, la Estación Experimental Rafaela del INTA y la empresa de origen suizo DeLaval pusieron en funcionamiento el primer tambo robótico de la Argentina con un sistema de ordeño voluntario. 

El investigador de la Facultad de Agronomía de la UBA, Ing. Agr. Luis Millapán, de la cátedra de Producción Lechera, forma parte de este proyecto que modifica por completo las formas de producción de los tambos: Millapán estudia el tráfico voluntario de las vacas.

“Un concepto nuevo que rompe con el esquema del tambo convencional, donde el operario tiene que ordeñar, generalmente, dos veces por día. En horas de la madrugada busca las vacas, las lleva a la sala y las ordeña una por una. Arrear las vacas y ordeñarlas es algo que demanda mucho tiempo, es una actividad vista muchas veces como muy sacrificada. En cambio, en el tambo robótico se genera el tráfico voluntario: las vacas toman la propia decisión y se van a ordeñar cuando ellas quieren a lo largo del día y de la noche. Pero que se muevan por su propia voluntad no es magia, se sabe que el principal incentivo es a través de la alimentación: esto es, el manejo de la pastura y de los suplementos. Sin embargo, no se sabe cómo adaptar esta tecnología y estos conceptos a las condiciones predominantes de nuestro país”, explicó el ingeniero agrónomo. 

El primer robot de ordeño nació de un convenio entre el INTA-Rafaela, que está a la vanguardia de una tecnología nueva para la región; y DeLaval, la empresa que provee el robot y el servicio técnico. Funciona con un software que registra toda la información sobre producción y movimiento de los animales; además puede ser seguido por internet las 24 hs y cuenta con una aplicación para celulares para facilitar el monitoreo del sistema. Actualmente el tambo robótico está funcionando bajo un esquema de pastoreo de alfalfa y  corrales de alimentación.

“Es el único tambo robótico en la Argentina que si bien tiene objetivos comerciales, tiene muchas facilidades para hacer investigación, y es ahí donde entra mi trabajo. En ese tambo de vanguardia estoy investigando en las etapas iniciales de mi doctorado”, aseguró Millapán, quien hace dos años estuvo trabajando en el tema en la Universidad de Sydney (Australia).

Frente a la posible discusión de que esta tecnología automatizada reemplace el trabajo humano y, de esta forma, desplace a las personas que lo desarrollan, el investigador dijo: “Esta tecnología no sustituye a la gente, sino que modifica favorablemente las condiciones de trabajo. No reemplaza, ayuda a alivianar el trabajo del ordeño y además beneficia al tambero que de todos modos tiene que seguir haciendo el resto de las actividades que se hace en cualquier tambo: manejo de las pasturas, detección de celos, inseminación de las vacas, etc. Además, este tipo de tecnología requiere personal más capacitado ya que es necesario que se realice la gestión de la abundante información que provee el sistema”.

Los primeros prototipos de robots de ordeño fueron creados a mediados de los ‘80 y el primer robot comercial se instaló, a principios de la década del ‘90 en Europa en sistemas estabulados. La adopción en sistemas pastoriles tiene muy pocos años, y no se sabe cómo funcionaría esta tecnología en sistemas como los de Argentina, donde predominan sistemas pastoriles con suplementación. El robot tiene un brazo hidráulico que limpia los pezones de las vacas, los ordeña y después los sella, tarea que puede realizar gracias a una cámara y un láser que identifica a los pezones; y posee una capacidad de ordeñe de entre 60 y 70 animales.

A mediados del mes de noviembre, y con una fuerte presencia del sector público y privado, se inauguró oficialmente el primer tambo robótico en el INTA-Rafaela. Actualmente funciona con 40 vacas y es un proyecto pensado a cinco años. Los investigadores afirman que la idea es lograr un análisis exhaustivo del sistema para luego lanzarlo al mercado. La unidad instalada tiene una producción de leche promedio de 30 litros diarios con un rango de 2,6-2,9 visitas diarias al robot. Según Millapán, la incorporación de esta tecnología atraerá a gente más joven a la actividad tambera.

“Como integrante de una universidad pública estoy participando de un proyecto que es súper innovador y que está llegando a otros países de la región. Me entusiasma porque es todo un logro que la Facultad de Agronomía participe estudiando, investigando, generando información y también capacitación. Actualmente, estamos trabajando en ver cómo el estrés calórico afecta al tráfico voluntario de las vacas, ya que el calor perturba el comportamiento y la producción de leche. No sabemos, por ejemplo, cómo el calor afectará la frecuencia de ordeñe y el intervalo entre ordeños, entre otras variables”, cerró Luis Millapán. 

Sobre el autor

Esp. Lic. en Comunicación Social