La vegetación está seriamente comprometida en la Patagonia
A partir del uso de imágenes satelitales, la Facultad de Agronomía de la UBA determinó que las plantas cubiertas por cenizas están accediendo apenas a un 15% de la radiación solar que reciben todos los años.
La Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) elaboró un documento que cuantifica la gravedad de la situación que vive la Patagonia, generada por la erupción del Complejo Volcánico Puyehue Cordón-Caulle. A partir de información relevada con imágenes satelitales, los investigadores concluyeron que el impacto de la ceniza parece tener una magnitud extrema y muy severa, con una disminución del 85% de la radiación solar que reciben las plantas, en promedio, todos los años en los meses de otoño e invierno.
“Esta significativa disminución de la intercepción de radiación solar por parte de la vegetación, compromete la supervivencia de las plantas”, advierte el informe, que se focaliza en el complejo turístico Inacayal, ubicado en la ciudad de Villa La Angostura y perteneciente a la Universidad de Buenos Aires.
El documento fue elaborado por el Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección (LART), perteneciente al instituto de investigación IFEVA, que comparten la FAUBA y el CONICET, y tiene por objetivo brindar a funcionarios, técnicos y público en general un panorama cuantitativo del estado de la vegetación e ilustrar acerca del potencial de herramientas tecnológicas en uso.
La intercepción solar fue estimada a partir de índices de vegetación que miden la radiación reflejada por las plantas, como por ejemplo el EVI (Enhanced Vegetation Index, por sus siglas en inglés). En particular, para este informe se utilizaron datos del sensor MODIS, propiedad de la NASA, que permite acceder a un dato diario por cada 5 ha, desde el año 2000 hasta hoy.
Se estimó el EVI promedio para cada mes y se comparó su valor durante junio y julio de 2011 respecto de los años anteriores. En junio de 2011 el índice EVI disminuyó un 82% respecto al promedio de los últimos 11 años, y durante julio un 87%. Esta disminución no fue debida al efecto directo de las cenizas en suspensión en el aire, sino que estuvo asociada al “sombreo” de las cenizas al depositarse sobre las hojas de las plantas.
“Durante el fin del otoño e inicio del invierno la intercepción de radiación solar por parte de la vegetación de Inacayal disminuyó de modo muy significativo, un 85% respecto al promedio de años anteriores. Esta disminución en la intercepción de radiación solar podría comprometer la supervivencia de las plantas”, resumió Mariano Oyarzabal, investigador del LART.
A partir de este informe preliminar se puede concluir, en primer lugar, que hasta el momento el impacto de la ceniza parece tener una magnitud extrema y muy severa sobre la vegetación del predio Inacayal. En segundo lugar, que el uso de información satelital permitió evaluar un fenómeno regional con un detalle espacial y temporal prácticamente imposible de alcanzar mediante recorridas de campo y, a su vez, hizo posible comparar la situación presente con la de años anteriores, algo que en la práctica también resulta muy difícil de otro modo.