Sorpresiva epidemia de la mancha ojo de rana
Atacó severamente en Córdoba, en lotes de soja. Marcelo Carmona, fitopatólogo de la FAUBA, y Mercedes Scandiani, del laboratorio Río Paraná, recomendaron una seria de prácticas de manejo para tratar la enfermedad.
Durante enero y febrero fueron atacados numerosos lotes de soja por la mancha en ojo de rana (MOR), principalmente en variedades de grupo corto e intermedio, en diversas regiones del país. La provincia de Córdoba es una de las zonas más afectadas, con ataques inesperados, históricamente nunca registrados con tanta severidad.
“Las altas temperaturas y las lluvias contribuyeron, junto con la susceptibilidad de los materiales y el inóculo, para que se desataran las epidemias”, explicó Marcelo Carmona, fitopatólogo de la FAUBA.
Carmona consideró que, si bien existen posibilidades de resistencia, los genes probablemente estén incorporados sólo en los grupos largos que se siembran en el norte del país (principalmente en Salta, Tucumán), ya que en esta región la MOR se había presentado anteriormente, con epidemias importantes.
De acuerdo a Mercedes Scandiani, , fitopatóloga del Laboratorio Río Paraná, esta enfermedad, causada por el hongo Cercospora sojina, ataca semillas, tallos, hojas y vainas y puede provocar daños promedio de 10-15% en el cultivo. Lo síntomas ocurren normalmente luego de la floración, aunque se hacen más evidentes desde R3, y se reconocen por pequeñas manchas circulares (1-5 mm) en forma de ojo, distinguiéndose un centro pajizo grisáceo rodeado por un halo marrón rojizo, pero sin clorosis.
“La forma de ojo, la ausencia de halo amarillento, la presencia de fructificaciones gris-oscuro en el centro de la lesión y en ambas caras permiten su diagnóstico fácilmente”, señala un trabajo elaborado por Carmona y Scandiani.
Allí se advierte que los ataques son más severos en monocultivo con siembra directa, en variedades susceptibles, altas temperaturas nocturnas (20 ºC y más), elevados porcentajes de humedad y lluvias. Estas condiciones, registradas en Córdoba, fueron las que habrían favorecido las epidemias que hoy sorprenden a productores, asesores y semilleros.
En la presente campaña, en ciclos cortos e intermedios y en muestras de folíolos provenientes de lotes en W. Escalante y Monte Buey, se observaron incidencias de 100% y severidades que comenzaron con trazas a mediados de enero y que evolucionaron hasta detectarse, el 20 de febrero, entre 25-40% de área foliar afectada. La enfermedad también se observó en Alta Gracia y Monte Cristo, con una incidencia foliolar del 100%, y un número promedio de lesiones por folíolo de 51.
También fueron registradas plantas enfermas en Venado Tuerto y en varios partidos de la provincia de Buenos Aires, donde ya se la encontró en las dos últimas campañas. A modo de ejemplo, varias localidades presentaron muestras con MOR en 2007, desde 5 a 25 %, expresó Scandiani.
“Si las lluvias fueron uniformes los síntomas serán generalizados. Por el contrario, con lluvias espaciadas, los síntomas aparecerán en algunos estratos de hojas, generalmente de medio y superior. Debido a que la cantidad de lesiones e infecciones crecen considerablemente en el tiempo, esta enfermedad es considerada una enfermedad policíclica”, señaló Carmona.
Medidas de manejo
Según el trabajo de Carmona y Scandiani, las medidas de manejo de la enfermedad incluyen variedades resistentes, prácticas especiales en la siembra y la cosecha, tratamientos con fungicidas y rotación de cultivos.
Existen genes de resistencia y numerosas razas del patógeno, señala el informe, y agrega que es probable que la incorporación de resistencia se efectuó en el país casi exclusivamente en grupos largos, debido a que esta enfermedad fue inicialmente un problema en el NOA. Quizás sea por eso que ante la ocurrencia de ambiente muy predisponente, actualmente este presente en variedades de ciclo corto e intermedio con severos síntomas.
Además, allí se recomendó sembrar semillas sanas o tratadas con fungicidas eficientes, al tiempo que, para la próxima campaña, se advirtió sobre a necesidad de ajustar la sensibilidad de los métodos detección del patógeno en semilla.
También se recomendaron las aplicación foliares de fungicidas en variedades susceptibles para disminuir los daños, aumentando el número de granos y la calidad de la semilla cosechada. La aplicación debería efectuarse desde R3, luego de la caída de precipitaciones o en ataques tardíos. Las aplicaciones químicas efectuadas para el grupo general de las EFC, también serán efectivas para C. Sojina.
Por último, Carmona y Scandiani destacaron que, otra medida de manejo, es cosechar por separado los lotes con síntomas de mancha en ojo de rana, e identificar la semilla de los lotes enfermos para no mezclarla con otras sanas