Coronavirus y Dengue: recomendaciones para evitar el contagio y prevenir la propagación

Desde la Facultad de Medicina de la UBA enviaron un documento con información sobre el Coronavirus y el Dengue, sus síntomas clínicos, formas de contagio y modos de prevención. 

A partir de la propagación del Coronavirus en la Argentina y del aumento significativo de casos de Dengue, la Facultad de Medicina de la UBA envió a toda la comunidad de la FAUBA información precisa sobre síntomas clínicos y diferentes recomendaciones para prevenir y evitar la propagación. 

“Hay casos producidos por un Coronavirus «nuevo», con aparente gran capacidad de diseminación, pero baja mortalidad. La mayor parte de la población, en el caso de ser infectada, tendrá un «resfrío fuerte» pero que puede complicarse en las personas mayores de 65 años y que presenten otras enfermedades. Pero también –y quizás más seriamente- se registró un aumento muy significativo de casos de Dengue”, sostiene el informe. 

Según señala el documento, los virus no son seres vivos pero sí agentes infecciosos, presentes en varias especies animales y en el humano. “En el humano varios de ellos producen cuadros como «resfríos comunes», no obstante, puede mutar y pasar eventualmente de otro animal al humano, como parece ser el caso del virus que origina la epidemia actual. Una vez que se adaptó al humano, comienza la transmisión de persona a persona”.  

El brote del Coronavirus constituye una emergencia de salud pública de importancia internacional. “El mecanismo de transmisión más frecuente es el de estornudar en la mano y luego tocar picaportes o pasamanos otra persona toca los objetos contaminados, se lleva la mano a la boca o nariz…y se infecta”, desarrolla el informe. 

Y explica cuáles son las principales manifestaciones clínicas.

  • Leve: fiebre, tos, dolor de garganta, congestión nasal, malestar general, cefaleas, mialgias.
  • Moderada: neumonía.
  • Grave: sdra, sepsis, shock séptico.
     
  • Los factores agravantes por enfermedades previas: hipertensión arterial, enfermedad cerebrovascular, diabetes, insuficiencia renal crónica, insuficiencia hepática, enfermedad pulmonar obstructiva crónica. 

Principales recomendaciones para prevenir el contagio y la propagación:

  • estornudar sobre el pliegue del codo, no en la mano;
  • lavarse las manos con agua y jabón después de regresar de viajes en transportes públicos y cuantas veces fueran necesarias por día;
  • ventilar los ambientes;
  • desinfectar los objetos probablemente contaminados con agua y detergente, o agua y lavandina diluida 1 parte en 100;
  • evitar el contacto con personas recién llegadas de países donde el virus es prevalente. 

Ante la aparición de síntomas sospechoso de la enfermedad, se encomienda no asistir a las Guardias de Hospitales ni de Centros de Salud, sino permanecer en el domicilio y llamar al número 107 y seguir las indicaciones que fueran indicadas, sobre todo en los pacientes de más de 65 años. 

En relación al Dengue, el informe señala que el mosquito Aedes aegypti se desarrolla en la superficie del agua como huevos, larvas, pupas y adultos. “El virus del dengue puede cultivarse en células. Hay 4 serotipos: DEN 1; DEN 2; DEN 3 Y DEN 4, o sea 4 variantes del mismo virus. Esto importa en el mecanismo de producción de los cuadros más severos de la enfermedad”, explica. 

La mejor forma de prevenir la diseminación del mosquito transmisor del Dengue es eliminando recipientes (descacharreo) que contengan agua en lavaderos, macetas, etc; así como tapar los tanques de agua potable de las casas; además de utilizar repelentes de mosquitos. “La presentación clínica: dolor en los ojos, dolor de cabeza, dolor muscular, sarpullido, náuseas o vómitos, dolor en los huesos, dolor en las articulaciones”. 

De este modo, el documento de la Facultad de Medicina de la UBA recomienda no entrar en pánico e informarse a través de los comunicados que emita el Ministerio de Salud de la Nación o que aparezcan en la página web de la Organización Mundial de la Salud. Además de poner en práctica, con responsabilidad, las medidas de prevención, ser solidarios y evaluar si algún familiar/amigo/vecino requiere de nuestro apoyo, ya sea en lo informativo o en la asistencia directa. 

“Las epidemias no reconocen clases sociales, ni religiones ni banderías políticas, ni barrios ricos o pobres. Nos afectan a todos por igual. y ponen a prueba el sentido social de una comunidad”, concluye. 

Sobre el autor

Esp. Lic. en Comunicación Social