Trabajando para el futuro
La FAUBA impulsa un proyecto de formación de recursos humanos en áreas con menor desarrollo en la institución. Desde 2009, la iniciativa permitió que tres investigadores estudien en el país y en el exterior y que estén próximos a recibir su doctorado en genómica nutricional, bioestadística y fruticultura.
Sonia Moisa acaba de finalizar su maestría en ciencia animal en la Universidad de Illinois, Estados Unidos, y, mientras avanza en su doctorado, planea regresar a la Argentina para impulsar una disciplina que aún tiene poco desarrollo en el país, pero mucho potencial: la nutrigenómica, que estudia la relación entre los genes y la nutrición. “A futuro podría generar un fuerte impacto en la producción animal”, asegura.
“Estudio la expresión de genes relacionados con la deposición de grasa intramuscular y el crecimiento del músculo en bovinos de carne que recibieron distintas dietas y manejos”, explica desde el hemisferio norte, donde llegó luego de recibirse de ingeniería zootecnista en la Universidad Nacional de Tucumán y especializarse en Gestión de la Cadena de Valor de la Carne Vacuna, en la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA).
Su objetivo es volver a la Argentina y formar un grupo en la FAUBA para hacer docencia e investigación en esta área, y presentar proyectos junto a otras facultades e instituciones como el INTA, dice, y destaca su formación en el exterior “en una de las cinco mejores universidad del mundo en producción animal”.
Los trabajos de Moisa forman parte de un proyecto de formación de recursos humanos de la FAUBA, financiado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, que desde 2009 impulsa la capacitación de profesionales en aéreas que poseen un bajo desarrollo en la institución.
“Buscamos promover un marco académico de excelencia, con la formación de doctores que comprometan su futuro profesional con la FAUBA”, dijo Rodolfo Cantet, profesor de la cátedra de Mejoramiento Genético Animal de la FAUBA e investigador principal del CONICET, quien está a cargo del proyecto, el cual se extenderá hasta finalizar el próximo año. Y señaló que también integran la iniciativa Laura Puhl y Víctor Ziegler, ambos promediando sus doctorados en la Escuela para Graduados "Ing. Agr. Alberto Soriano" (EPG) de la FAUBA, en bioestadística y fruticultura, respectivamente.
“Mi área de estudio es el mejoramiento genético vegetal, específicamente el desarrollo de modelos estadísticos para la evaluación de ensayos, en varios ambientes, de genotipos de trigo”, expresó Puhl, ingeniera agrónoma y magister en biometría y mejoramiento, recibida en la FAUBA, quien además estudió en México, en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo.
En México aprendió a analizar una extensa base de datos de rendimiento de trigo (que incluye 17 campañas, 400 localidades y 600 genotipos) con un paquete estadístico desarrollado para la evaluación genética. “El análisis consistió en estimar el mérito genético de las líneas de trigo con una estructura de factores analíticos para la interacción del genotipo y el ambiente", apuntó.
Su doctorado implica desarrollar un proyecto con propuestas originales (los análisis comprenden el desarrollo de modelos de parecido entre genotipos compuestos hexaploides) para la evaluación genética de líneas de trigo, acorde con las desarrolladas en México. En el futuro, estos conocimientos permitirán elegir los genotipos rendidores con mayor exactitud de predicción.
Víctor Hugo Ziegler es el tercer integrante del programa de formación de recursos humanos de la FAUBA. Se recibió de ingeniero agrónomo en esta casa de altos estudios y actualmente también está haciendo un doctorado en la EPG, estudiando el efecto del exceso hídrico del suelo sobre el árbol duraznero y sus frutos. Se trata de un problema que afecta a la zona de producción de San Pedro, en el norte bonaerense, y al alto Valle de Río Negro, pero sobre el cual aún se conoce poco.
Previo a comenzar su doctorado en la FAUBA, Ziegler viajó una temporada a la Universidad de California, Estados Unidos: “Allí participé en una línea de investigación sobre el enfriado de duraznos y su efecto sobre la producción de un quemado de la piel de los frutos, un problema muy importante en el Valle de San Joaquín, que tiene como consecuencia el descarte de grandes cantidades de fruta por el rápido enfriado de los frutos”.
Al finalizar sus estudios en el país del norte, regresó a la Argentina para incorporarse nuevamente a la Cátedra de Fruticultura de la FAUBA y comenzar formalmente su doctorado bajo la dirección del Dr. Pedro Insausti.
“La vinculación entre las instituciones puede ser muy fructífera para futuros trabajos”, asegura desde Mendoza, donde lleva a cabo sus experimentos en inundación junto al INTA Junín de esa provincia, y agrega que sus actividades también lo llevan a interactuar con la Universidad de la Plata y el CONICET. “El trabajo en conjunto suma mucho más que los trabajos individuales”, finaliza.