Calentitos los panchos
La Cátedra de Botánica de la FAUBA realizó la descripción morfológica de la primera mostaza argentina.
Después de siete años de evaluaciones, la Cátedra de Botánica de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) realizó la descripción morfológica de la primera mostaza argentina, que en marzo de 2012 quedó inscripta en el Instituto Nacional de Semillas (INASE) con el nombre Delfina INTA, propuesto por su obtentor, Ignacio Paunero. Se trata de una variedad blanca que, además de su uso gastronómico, es utilizada como planta forrajera y constituye una alternativa de invierno, apta para su rotación con soja de segunda.
“Buscamos generar un material nacional, de calidad y con rendimientos acordes a los obtenidos en los países líderes en este cultivo”, dijo María Magalí Oberti, quien estuvo a cargo de la descripción morfológica del nuevo cultivar de mostaza blanca, en el marco de su tesina para optar al grado de Ingeniera Agrónoma en la FAUBA, bajo la dirección de Adriana Bartoli, profesora adjunta de la Cátedra de Botánica Agrícola.
“Como futura agrónoma siempre hay interés en conocer y aprender sobre los cultivos, y me entusiasmó la idea de que sea una variedad inédita. Además, cuando fui a INASE en busca de información, pude comprobar que Delfina iba a ser la primera variedad descripta para la Argentina y eso me entusiasmó aún más”, explicó Magalí desde Portugal, donde actualmente cursa materias de Agronomía durante un semestre en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Porto, después de haber sido beneficiada con una beca de la Fundación Santander.
El grupo de investigadores, coordinado por Paunero, del INTA San Pedro, incluyó a las universidades nacionales de Entre Ríos, Lujan y Buenos Aires. “Se cruzaron dos mostazas originarias de Canadá y una de República Checa, para obtener un núcleo genético que habilitó un proceso de selección masal y evaluación, con siembras en parcelas experimentales en Paraná, Entre Ríos, y San Pedro y Luján, provincia de Buenos Aires”, detalló la tesista de la FAUBA.
Además, apuntó: “Mi trabajo fue la caracterización botánica de la nueva variedad. Cuando una variedad se registra en el INASE es imprescindible que se adjunte una descripción de determinados caracteres cuya expresión es fácil de medir, registrar o evaluar, y que hacen referencia a la forma, estructura o comportamiento. Estos caracteres pueden ser morfológicos, químicos o citológicos”. En el caso de Delfina INTA los estudios citológicos fueron realizados en el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal de Córdoba y los químicos en la Universidad Nacional de Rosario
Durante dos años, Magalí realizó las mediciones de los caracteres morfológicos vegetativos y reproductivos en parcelas experimentales del INTA San Pedro. Y completó las tareas en el Herbario de la Cátedra, con material extraído del cultivo. Los ejemplares que se utilizaron en las mediciones se encuentran depositados en el Herbario Gaspar Xuarez, de la FAUBA, a modo de documento.
¿Qué ventajas posee la nueva mostaza? Se trata de un cultivar de calidad definida, cuya disponibilidad y pureza está asegurada por una institución pública. Además, los materiales utilizados en los cruzamientos se seleccionaron por provenir de países productores y exportadores tradicionales que, si bien abastecían a la Argentina, no garantizaban en el origen de la semilla y la calidad año a año.
Aunque en la Argentina se produce mostaza desde antes de la década del 60, la producción nunca llega a satisfacer el requerimiento de la industria, con una siembra que ronda entre 800 y 1000 hectáreas por año. Además, es uno de los pocos cultivos en los cuales se agrega valor a la producción primaria, puesto que se importan los granos y luego se exporta la mostaza elaborada.
La semilla que se siembra es importada como grano para consumo por las especieras o acopiadores y finalmente es sembrado. Esto genera dificultad para conocer el origen o la variedad de las semillas e impide tener una continuidad en la calidad de lo producido.
“Hasta ahora, no había ningún cultivar de mostaza inscripto en el INASE, aspecto que demuestra lo irregular de su siembra en Argentina ya que, según la legislación vigente, no puede comercializarse ningún cultivar que no cumpla con el requisito de estar inscripto en el Registro Nacional de Cultivares”, finalizó Magalí.