Crónica de una extinción anunciada

Mar, 11/06/2013 - 11:50
Por FAUBA

Captura y caza ilegal, destrucción del hábitat, sobreexplotación, contaminación, cambio climático. La desaparición de animales no tiene una única causa y los científicos creen que en menos de 30 años se extinguirán más de medio millón de especies. Especialistas de la FAUBA explican, desde ámbitos diferentes, el origen y las posibles soluciones a este problema que preocupa a la población mundial.

Una foto que muestra un mamífero negro. Grande y pesado. Con orejas grandes y peludas. De pies de tres dedos. Cuello corto y ojos pequeños. Está muerto al costado de un árbol.

- Una gran parte de la medicina oriental se basa en la utilización de la fauna. Y este puede ser el caso del rinoceronte. El tráfico ilegal de fauna representa en el mercado negro una de las actividades económicas más importantes en el mundo, después de la venta de armas y el narcotráfico- dice Olga González, investigadora y docente de la cátedra de Producciones Animales Alternativas, de la Facultad de Agronomía de la UBA.

En la imagen se ve sangre. No es un rinoceronte como todos los rinocerontes (si es que queda alguno de su especie). A él le faltan los cuernos, los dos cuernos.

-La extinción de animales tiene varias causas y una de ellas es el uso comercial de fauna. El cuerno del rinoceronte en particular tiene un alto valor comercial en el mercado ilegal, para la medicina tradicional asiática- cuenta Ulises Martínez, profesor de la carrera de Economía y Administración Agrarias de la FAUBA.

Extinción y desaparición son sinónimos. Durante millones de años fue un proceso natural, que formó parte de la ley de la evolución. Ahora el hombre es uno de los principales responsables y los científicos creen que en menos de 30 años se extinguirán más de medio millón de especies.

- El peor enemigo de la extinción es la modificación del hábitat. Para que no sigan desapareciendo especies de sus hábitats naturales se deben llevar a cabo acciones complejas e integradas tendientes a la conservación de la biodiversidad en los ecosistemas y al uso sustentable de esas especies, para lo que se necesita de la participación activa y la concientización de los pobladores del lugar- remarca Olga.

Hace poco menos de un mes, diferentes medios internacionales anunciaron que el rinoceronte negro de África se había extinguido. Días después, los mismos medios desmintieron la noticia aunque advirtieron sobre el panorama alarmante de este mamífero. Sea cual sea la realidad, extinto o por extinguirse, la situación podría ser diferente si se aplicaran las correctas medidas de conservación. Sin embargo, pesan más los intereses, principalmente económicos, que alimentan el juego del hombre como dueño del reino.

- La desaparición de una especie es gradual y anunciada. Existe una gran complejidad de factores sociales, económicos, legales ambientales, políticos, culturales que confluyen para que una población animal permanezca o desaparezca- explica Olga.

En nuestro país hay más de 985 especies de aves, 300 de mamíferos, 250 de reptiles, 140 de anfibios y 700 de peces. No hay un monitoreo que controle esas poblaciones.

- La Argentina es un país agroexportador que depende económicamente de todas sus exportaciones agropecuarias. Esto provoca la necesidad de expandir la producción agrícola sobre áreas naturales, reduciendo el hábitat disponible para la fauna nativa-explica Ulises.

Aunque en la Argentina se ha ido incrementando a lo largo de los años la conversión de áreas naturales, deben buscarse herramientas para que la producción agropecuaria no implique avanzar sobre nuevas tierras naturales. Se deben crear más áreas protegidas, donde las especies tengan espacio para vivir.


Hecha la ley, hecha la trampa

"El número de esos lobos disminuye con rapidez (...) Dentro de algunos años, cuando estas islas estén pobladas, se le podrá clasificar entre los animales desaparecidos de la superficie de la Tierra", escribió Charles Darwin en 1834. El último informe publicado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en el año 2007, certifica la extinción oficial de 785 especies; más 65 que se encuentran bajo cautiverio o cultivo.

A nivel nacional, la Ley 22421 regula la protección y conservación de la fauna silvestre, el comercio interprovincial y la importación y exportación, y el aprovechamiento racional de la fauna silvestre.

- Esta ley declara de interés público a la fauna silvestre y exige su protección. Excluye a las especies comprendidas en la Ley de Pesca- señala Raúl Vaccaro, abogado y profesor del área Legislación, de la carrera de Ciencias Ambientales de la FAUBA.

Con respecto a la caza deportiva dispone la actividad sólo en cotos, con autorización del propietario (arts. 16 y 24 de la ley) y establece períodos de permiso, lo que está establecido en el Anexo del Decreto 666/97 que reglamenta la actividad deportiva.

- Como es una ley anterior a 1994 no es de presupuestos mínimos, sino que utiliza el sistema de adhesión por parte de las provincias que, dado que la fauna es un recurso natural, retienen para sí su dominio y jurisdicción. Este régimen legislativo impone un sistema sancionatorio al que viole esta ley, con pena hasta de prisión y multa- explica Raúl.

A este esquema nacional debemos sumar las estructuras y normativas provinciales que atienden a las especies radicadas y con peligro de extinción en cada distrito.

- En las provincias australes existe una reglamentación muy dura respecto de la pesca deportiva que alienta la conservación de las especies, y aboga por el tratamiento totalmente deportivo de la actividad a través de la captura y devolución de los peces y el cumplimiento estricto de los períodos de veda- advierte Raúl.

Además, hay un organismo que controla y regula el comercio: la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Actualmente hay más de 170 países adheridos, y la Argentina es uno de ellos.

- Regula el comercio mundial de especies silvestres de interés comercial, es decir, lo que se puede vender y lo que no. Y prohíbe totalmente comercializar una especie si está en peligro de extinción. Una de las críticas que se le hace a la CITES es que únicamente regula la dinámica de especies de interés comercial… ¿y otros individuos que conforman los ecosistemas pero que no son demandadas por el hombre?- se pregunta Olga.

Pese a todos los controles, organismos y normas, cada vez más los animales son presas de grupos del crimen organizado internacional y víctimas de la caza furtiva para fines comerciales. Aunque las leyes existen, no hay apoyo ni voluntad política.


Jurassic Park

En la película de Steven Spielberg, los científicos emplean una técnica en el interior del laboratorio para recrear a las diferentes especies de dinosaurios. En la FAUBA trabajan para clonar especies en peligro de extinción.

- La clonación puede ser una posible solución a la extinción de animales, y en eso estamos trabajando- dice Daniel Salamone, el científico que clonó el primer animal transgénico de la Argentina.

Daniel es el director del Laboratorio de Biotecnología Animal de la Facultad de Agronomía de la UBA y, como si fuese una actividad normal y cotidiana, cuenta sobre el proyecto que comenzó hace dos años con su grupo de investigación: utilizar la clonación para la conservación.

- Con Lucia Moro, becaria de CONICET, en conjunto con otros estudiantes de doctorado estamos clonando gatos y usamos sus óvulos para clonar tigres y chitas. Nuestra intención es emplearlo con especies autóctonas. El grado de parentesco entre el gato, el tigre y el yaguareté es muy parecido.

Según el científico, lo primero que se debe hacer es conservar el material genético. Sólo basta una semana para producir un embrión y con una muestra muy pequeña de la piel del animal se puede comenzar el proceso de clonación.

- Es sumamente importante que las instituciones comiencen a conservar material genético de las especies en peligro. Si se preservan, por más que sea una copia, se puede hacer que esos genes no se pierdan.

No es una película de ciencia ficción, es la realidad. Y, si bien es sumamente importante preservar al animal en su hábitat, la implementación de este tipo de tecnologías puede ser una herramienta que contribuya a la conservación de especies.

- Queremos demostrar que la técnica de la clonación puede ayudar a preservar los animales en peligro de extinción. Confío en que va a cambiar la postura de quienes se oponen.


Caminante no hay camino, se hace camino al andar

Un proyecto de extensión universitaria. Un recorrido que va dejando sus huellas. Una actividad de puesta en valor de la fauna argentina.

- Muchas veces con emprendimientos de sobrecarga o porque no se trabaja con el turismo rural y se prioriza sólo la parte productiva, los animales se van moviendo hacia  regiones que a veces no son las más aptas o se pierde la valorización de especies nativas argentinas- cuenta Graciela Gallo, licenciada en Comunicación, docente de la carrera de Turismo Rural en Agronomía e integrante de la comisión directiva de la Asociación Civil Latinoamericana de Turismo Rural (ALATUR).

La idea es llevarle un mensaje al productor. El objetivo es la capacitación. Desde un proyecto de extensión de Turismo Rural, apoyado por la Fundación Vida Silvestre y por varios municipios de la Argentina, recorren el país. Viajan por las provincias apuntando a que el turista tome conciencia de la importancia de preservar la fauna.

-En la biodiversidad hay funciones ecológicas que tienen valores económicos. La Argentina es un destino turístico importante, y el turismo genera casi tantas divisas como la exportación de carne por ejemplo- agrega Ulises Martínez.

Entonces, lo primero que se debe hacer es la acción participativa del poblador, porque el más perjudicado con la extinción de los animales es el poblador local, el que vive con esa especie. En cambio, si hay maneras lógicas de utilizar el recurso, que tiendan al uso sustentable, se benefician todos.

-Ver de qué forma el hombre puede dentro de sus actividades productivas preservar el ambiente natural y las especies. Y una de esas maneras es desde el turismo rural, es decir, desde las actividades de observación, capacitación y preservación-dice Graciela.

¿Pero por qué fallan los planes de conservación? No es por falta de tecnología. No es por falta de inteligencia del hombre acerca de cómo resolver problemas. Los intereses y la falta de financiación son los que hacen que estos proyectos no progresen. Siempre el negocio termina siendo para unos pocos, y todo lo demás queda en buenas intenciones. Buenas intenciones que aún no alcanzan.

Sobre el autor

Facultad de Agronomía - Universidad de Buenos Aires